San Martín de Porres en El Juncal (Tejeda, Gran Canaria)

El Juncal de Tejeda

el juncal - tejeda

En el corazón de Gran Canaria, muy cerca de los emblemáticos Roque Nublo y Roque de Bentayga, se encuentra este precioso caserío llamado El Juncal, perteneciente al municipio de Tejeda. Un paisaje vivo, movible, de riscos y roques, barrancos y nubes, de admiración y de un religioso asombroso…Y ahí también se encuentra nuestro Fray Martín. La iglesia de El Juncal, bajo la advocación de Santa Teresita del Niño Jesús -patrona del barrio-, se construyó con la colaboración y esfuerzo de los propios vecinos del lugar. La primera piedra fue colocada el 6 de enero de 1977, siendo felizmente inaugurada el 18 de julio de ese mismo año. Los terrenos fueron donados por la familia Quintana Bueno.

SMP EL JUNCAL TEJEDA 1

 

smp-el-juncal-tejeda

La imagen de San Martín de Porres fue donada a El Juncal por una de sus vecinas, Doña Rufina, con motivo de la primera comunión de sus hijos a finales de los años 60.

Las fiestas de Santa Teresita y San Martín de Porres, que se celebran conjuntamente, tienen lugar a finales de Junio y principios de Julio. Además destaca la celebración de una tradicional romería, una manifestación de religiosidad popular y cariño del pueblo hacia sus dos santos (¡Alza un viva a nuestros Santos!, que muy alegres se engalanan, ya la fiesta ha comenzado, ¡El Juncal ya se prepara!). En la edición de 2013, destacará sobremanera el espíritu solidario de esta pequeña localidad. Así, la Comisión de fiestas Cueva Almogarén del Juncal de Tejeda ha decidido donar íntegramente a Cáritas la ofrenda que harán a los santos todos los participantes. También en Octubre, en un ambiente más tranquilo y de devoción religiosa, dedican un domingo a la procesión de ambas imágenes.

Siervo de Dios Antonio Vicente González, «el Buen Pastor Canario»

Siervo de Dios Antonio Vicente González

Retrato del Siervo de Dios Antonio Vicente González realizado por J. Suárez.

Antonio Vicente González Suárez nace en la Villa de Agüimes (isla de Gran Canaria) el 5 de abril de 1817. Hombre incansable y de gran talla intelectual, desempeñó múltiples tareas siempre con espíritu servicial: párroco de Santo Domingo de Guzmán de Las Palmas de G.C., fiscal de la Diócesis de Canarias, secretario, vicerrector y catedrático de Teología fundamental del Seminario Diocesano; aunque será especialmente recordado por la esmerada atención a sus feligreses, de su generosidad con los más necesitados y con aquellos que acudían a él buscando ayuda.

Gran orador, distinguido y elocuente, sus homilías eran escuchadas con admiración. Asimismo, el Siervo de Dios Antonio Vicente fue una persona en la que destacó la virtud de la Fe: que dio como fruto su testimonio vivencial de mártir de la caridad y de la obediencia. Sobresalió en su sacerdocio por su amor a los pobres y a los enfermos, desprendiéndose de lo que era necesario y anteponiendo su propia salud por servir al prójimo. Como buen pastor había encontrado la fuerza y el alma de lo que sería su vida heroica en su amor especial a la Eucaristía y la devoción filial a María, profesando especial veneración a la Virgen del Rosario y a la Virgen de los Dolores del barrio capitalino de Vegueta.

Fue el obispo Monseñor D. Luis Folgueras, Obispo de Tenerife, quien ordenó sacerdote a Antonio Vicente, el 19 de Enero de 1845, en la iglesia parroquial del Puerto de La Orotava (actualmente iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, Puerto de la Cruz). El obispo de la Diócesis de Canarias, Monseñor Romo, cumplía condena de alejamiento de Canarias (1842 -1845), impuesta por el gobierno liberal de la época, por el único delito de haber defendido la libertad de la Iglesia. Desde su ordenación como sacerdote fue responsable de la parroquia de Santo Domingo, en el barrio de Vegueta (Las Palmas de G.C.). Tuvo el honor de ser el primer párroco que tuvo Santo Domingo; desarrollando con éxito su labor apostólica, no en vano se había educado entre los dominicos de Agüimes lo que le permitió una concienzuda preparación. Pero el destino quiso que su labor religiosa se viera perturbada dramáticamente por dos episodios históricos, de consecuencias nefastas para la población grancanaria de la época: una tremenda hambruna y la posterior epidemia de cólera, que dejó un reguero de muerte en la Isla. Se volcó en la ayuda a los apestados del cólera morbo, y víctima de su atención a esos infectados contrajo la misma enfermedad, de la que murió al poco tiempo en Las Palmas de Gran Canaria a la edad de 34 años. Su muerte fue muy sentida en toda la isla, quedando muy afectado por su fallecimiento el Obispo Buenaventura Codina a quién le unía una gran amistad. Ambos se distinguieron en su dedicación a los pobres, obediencia a la Iglesia y entrega a las víctimas de la epidemia de la Cólera. El recuerdo y devoción de estos dos siervos de Dios ha permanecido vivo entre los fieles, principalmente en la isla de Gran Canaria.

Continuamos recordando, algo más detalladamente, los acontecimientos vividos y la ejemplaridad cristiana de este sacerdote canario, mártir de la Obediencia:

En 1847, la isla padece la calamidad del hambre, y frente a la Iglesia, D. Antonio crea un pionero centro de caridad donde reparte sus ingresos con los pobres. En esta época de hambre en las islas, acogió y daba ropa a los necesitados, aunque él mismo no tuviera abundancia. Algunos años después, en la primavera de 1851, el horror comienza en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en la Vega de San José, donde una mujer enfermó de forma repentina y murió al día siguiente. Las condiciones insalubres en la cual vivían las clases más pobres, faltos de comida y debilitados, propiciaron la rápida propagación de las enfermedades y, en las noches siguientes, el miedo se apoderó de parte de la población de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, que huyó despavorida. Para fortuna de algunos, ahí estaba el religioso Antonio Vicente González, «que primero trató de alimentar a los más necesitados y, ya con una plaga de cólera encima, se dedicó a hacer de médico, de padre, de hermano y de sacerdote»; convierte la vivienda donde realizaba el reparto de alimentos en un pequeño hospital, al que acude cada día para visitar y aliviar a los enfermos, no habiendo calamidad ni enfermedad que dejara de atender. Finalmente, acabó por contagiarse de la enfermedad que lo lleva a una hermosa muerte a los ojos de Nuestro Señor Jesucristo. Antonio Vicente había manifestado a sus feligreses, al arreciar el cólera morbo, en junio de 1851: «Yo vendré todos los días a las siete de la mañana a celebrar la misa, de no llegar es porque el Señor ha aceptado ya el sacrificio de mi vida». Llegó la mañana del día 23 de Junio y Antonio Vicente no aparecía. Comentaron todos: «nuestro Cura ha muerto«, y así fue, víctima voluntaria del contagio de la peste y del cólera había fallecido el día anterior, 22 de Junio de 1851, después de haber celebrado su última misa. Pasaría a la historia como «el Buen Pastor Canario», como así lo proclamó a modo de merecido homenaje la comunidad diocesana. En recuerdo a una ejemplar vida cristiana cada 22 de junio se realizan diversos actos en su homenaje, tanto en la parroquia de San Sebastián de Agüimes como en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en Las Palmas de Gran Canaria.

Escultura Siervo de Dios Antonio Vicente González

Escultura del Siervo Antonio Vicente González junto a su casa natal, en la Plaza de Santo Domingo (Agüimes), donde todos los años se le realiza una ofrenda floral en su recuerdo. Foto Domingo Martín.

El 19 de mayo de 1998 se clausura el proceso diocesano de canonización. El Obispado de Canarias actualmente investiga, con la aprobación del Vaticano, un presunto milagro, ocurrido entre 2005 y 2006, atribuido a este siervo de Dios a quien se encomendó una familia de Gran Canaria para salvar la vida a uno de sus miembros, aquejado de un aneurisma de cuarto grado que le mantuvo dos meses en coma¹.

En la actualidad existe una biografía sobre su piadosa vida titulada «No encontraron su tumba» escrita por Don Juan Artiles Sánchez, Vicario Judicial de la Diócesis de Canarias y Canónigo Chantre de la Santa Iglesia Catedral.

(¹).- El 23 de Junio de 2011 fue clausurado, en su fase diocesana, el procedimiento «super miraculo» de un presunto signo atribuido a la intercesión del Siervo de Dios Antonio Vicente González. El Señor Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, conoce la vida de nuestro querido párroco, ya que el procedimiento de heroicidad de virtudes de este siervo de Dios se encuentra muy avanzado, y cuyo postulador romano del proceso de beatificación es el Padre Fray Antonio Sáez de Albéniz. Pedimos a Dios, unidos en la oración, para que muy pronto el Siervo de Dios Antonio Vicente González sea beatificado. En este caso sería el primer canario beatificado que realizara su misión y muriera en nuestra tierra canaria.

* * *

Siervo de Dios Antonio Vicente González, santo por la cólera de Dios

Siervo de Dios Antonio Vicente González: Diócesis de Canarias

Fray Martín y los hombres

fray martín y los hombres

Con mayor razón aún que el «poverello» de Asís, o que Foucauld, Fray Martín se convirtió en el hermano universal, y con esta dulce fragancia criolla que lo hace el niño grande, bueno y limpio de corazón. Emociona asomarse al panorama de virginidad intacta del corazón de aquel mulatico, hijo natural, y por lo tanto hijo del pecado.

En él cabían todas las criaturas de Dios, pero sobre todo los hombres. El prójimo era una palabra que Fray Martín interpretó en dimensión cósmica.

René Voillaume, el fundador de los Hermanitos de Jesús, parientes tan cercanos espiritualmente del mulato limeño, escribe desde Lima una provechosa carta-tratado a sus hijos sobre la amistad y en ella palpita la presencia de Fray Martín:

Esta mañana, al ir a rezar delante de la urna donde reposan los restos de mi amigo el bienaventurado Martín de Porres, he constatado que él tenía su manera, muy penetrante y persuasiva, de daros luz sobre las cosas de la caridad, y de sugerir las palabras para expresarlo…Como este tema de la amistad es difícil, y como tal vez no voy a poder expresaros al respecto todo lo que pienso, pido a Dios que permita al hermano Martín ir al encuentro de cada uno de vosotros, que os explique lo que haya dicho mal, o complete lo que haya omitido, y ponga en vuestro corazón esta humildad y esta docilidad propias del amor, y cuyo secreto posee él”. (Lettres aux Fraternités, tomo 1, pags. 101.102)

¡Que bien descrito el papel del hermano Martín: ser misionero, enviado del amor de Dios a los hombres, ser él mismo un mensaje, una carta viva de la presencia amorosa de Dios bueno en este mundo!

Juan M. Ganuza, S.J. (de San Martín de Porres, el Santo del Tercer Mundo)

Enlace recomendado: Fundación Centro Gumilla

Letanías a San Martín de Porres

S Martin Porres Church

letanía

Letanías a San Martín de Porres

Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Jesús, óyenos. Jesús nos oye.
Padre Celestial, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Hijo, Redentor del mundo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros.
Santo Domingo, ruega por nosotros.
 
San Martín de Porres, presencia viva de Dios, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, fiel servidor de Cristo, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, amante de la Sagrada Eucaristía, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, enamorado de la Santísima Virgen María, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, hijo honrado de Santo Domingo, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, devoto del Santísimo Rosario, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, apóstol de la misericordia, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, celoso ministro de la caridad, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, símbolo de la fraternidad interracial, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, gloria de la Orden de Predicadores, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, el amigo de los pobres, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, fiel observador de los mandamientos de Dios, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, enemigo del infierno, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, que has predicho lo que sucederá, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, ejemplo de la vida religiosa, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, imitador real de Santo Domingo, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, amante de la Cruz, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, apoyo real a los enfermos, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, defensor de la inocencia, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, amante de la caridad fraterna, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, modelo y patrón de los hermanos legos, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, buque de la santidad, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, poderoso en palabras y obras, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, modelo de castidad, pobreza y obediencia, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, que tuviste compasión de todos los hombres, ruega por nosotros
San Martín de Porres, defensor y protector de los animales, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, que Dios te favoreció con el don de hacer milagros, ruega por nosotros.
San Martín de Porres, que el cielo brille para la salvación de las almas, ruega por nosotros.
 
Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo: escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo: perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo: ten piedad de nosotros, Señor.
V / Ruega por nosotros San Martín de Porres. R / Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos: Dios todopoderoso, que nos has dado en San Martín de Porres un modelo de amor y caridad, ayúdanos por su intercesión, para que podamos llegar a ser, con su ejemplo, modelos de la caridad cristiana y el amor por vos. A través de Jesucristo, tu Hijo, que reina contigo y con la unidad del Espíritu Santo. Amén.

 Corregido y adaptado: José J. Santana

Iglesia El Rosario (San Salvador, El Salvador)

iglesiaelrosario

La iglesia El Rosario, con un diseño arquitectónico contemporáneo, se ubica en el centro histórico de San Salvador. Su gran artífice fue el arquitecto salvadoreño Rubén Martínez.

iglesia el rosario (san salvador, el salvador)

Una iglesia de cara al pueblo y no en fuga de Dios, dotada de arte y simbolismo en cada rincón.

Letanías

En El Salvador hay una extraordinaria devoción a San Martín de Porres. Aunque la figura de Fray Martín no era demasiado conocida antes de los años 50, si existen noticias de que el Padre Norbert Georges, O.P., entusiasta propagandista de nuestro santo mulato, inició una peregrinación americana -que partió desde EE.UU- y que llegó a visitar la ciudad de San Salvador, entre otras. (Foto Josue Pena)

Diseñada por el insigne arquitecto y escultor salvadoreño Rubén Martínez, y construida entre Noviembre de 1964 y junio de 1971, la iglesia El Rosario de San Salvador, de los Padres Dominicos, es un patrimonio religioso de los salvadoreños, no sólo por su diseño moderno -enriquecido con influencia europea y única a nivel del continente- sino también por la experiencia espiritual que se vive en su interior. Descubriéndonos que también el arte contemporáneo puede crear atmósferas adecuadas para la oración y el silencio. Una obra tan polémica y desafiante que tuvo que ser supervisada por el Papa Juan XXIII, quien la apadrinó en 1962 como un experimento previo del revolucionario Concilio que se avecinaba.

La sala principal otorga una sensación de grandiosidad envolvente y transformativa producida, no solamente por la amplitud sino, principalmente, por la ordenada filtración de luz, con exquisitos matices de los vitrales -obra del artista dominico Fray Domingo Iturgaiz-. Destaca sobremanera, conmovedora y exquisita, las catorce estaciones de la pasión de Cristo hechas de piedra y hierro. El conjunto interior de la Iglesia El Rosario se complementa con imágenes de La Virgen del Rosario, Santo Domingo de Guzmán, Santa Lucía, San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima o el Santo Entierro. También en su interior se encuentran los restos del prócer José Matías Delgado, quien diera el primer grito de independencia de Centroamérica. En definitiva, nos encontramos ante un monumento a la sinceridad, el recogimiento, la contemplación y la humildad.

≈ ≈ ≈

Dominicos en Centroamérica