Para conocer a Fray Martín hay que acercarse a su vida real, humilde, pobre, obediente, con limitaciones, enfermedades y muerte. Como todos… Pidamos a Dios que permita al hermano Martín ir al encuentro de cada uno de nosotros, y ponga en nuestros corazones la humildad y esa docilidad propias del amor, cuyo secreto posee él.