Como San Francisco de Asís, Fray Andresito fue un limosnero: el limosnero del Convento de la Recoleta Franciscana de Santiago de Chile. Su vida guarda cierta semejanza con la de otro canario: el Hermano Pedro, primer santo de Canarias.
Andrés Antonio Mª de los Dolores García Acosta nació en 1800 en el caserío de Ampuyenta, a unos 20 km. de la capital majorera de Puerto del Rosario (Fuerteventura), en el seno de una familia de campesinos. Su casa, declarada Bien de Interés Cultural en 2008 y lugar de peregrinación para sus devotos, se encontraba muy cerca de la ermita de San Pedro de Alcántara —a la que acudía diariamente a los oficios religiosos— y de un convento de Franciscanos. De joven se dedicó a las tareas propias del cuidado de ganado y la labranza de las tierras. Asimismo, enseñaba a los niños del lugar la doctrina cristiana que albergaba en su bondadoso corazón junto a la composición de versos, fruto lógico de una gran sensibilidad. Se cuenta como un hecho milagroso que corriendo detrás de una cabra estuvo a punto de despeñarse por un profundo barranco, salvándose por una mano que lo sostuvo al caer. A los 32 años realizó su viaje vital: partiendo desde su Fuerteventura natal hacia América, en una dura travesía realizada en un bergantín de nombre «Floravill», se estableció —en su primer destino— en Montevideo (Uruguay), lugar donde conocería a Fray Felipe Echenagusia, su director espiritual. En 1838, tras la expulsión de los Franciscanos en Uruguay, se traslada definitivamente a la Recoleta Franciscana de la ciudad de Santiago de Chile (Chile) donde alcanzará gran fama por sus obras de caridad. Con el cargo de limosnero fue ganándose el aprecio de los santiaguinos gracias a sus visitas a los enfermos y a los presos, preparando él mismo las medicinas para las personas sin recursos. Algunos de sus remedios caseros -preparados con el aceite de la lámpara de Santa Filomena, de quien era muy devoto- lograron curar muchas enfermedades, creciendo su fama de hombre bueno y santo. También realizaba penitencias y letanías por las almas de los difuntos de los que tenía noticias. En 1850 funda, junto al Padre Francisco Pacheco, la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús, dedicada a ayudar a los obreros de escasos recursos en sus necesidades perentorias, materiales y espirituales. Muere el 14 de Enero de 1853 en la misma Recoleta Franciscana de Santiago de Chile, donde reposan sus restos. Personas de todas las clases sociales acudieron a despedirse —en un multitudinario funeral— de un hombre cuya vida transcurrió en humildad haciendo continuamente el bien. En 1893 se inició el proceso de beatificación. En el país andino, donde hay una gran devoción al religioso canario, se conserva actualmente un museo dedicado en su memoria.
Todos pedían su ayuda; a todos les dio su vida. Son muchos los necesitados que acuden a Fray Andresito en demanda de auxilio y no quedan defraudados.
«Fray Andresito» ha sido considerado por algunos autores «… uno de los personajes más fascinantes y enigmáticos del siglo XIX chileno», un personaje con una gran repercusión social que ha dejado «… una profunda huella… entre los santiaguinos y, especialmente, entre los sectores populares», con una «fuerte presencia en la memoria de los chilenos y chilenas, con posterioridad a su muerte. Actualmente existen muchas obras e instituciones benéficas inspiradas en Fray Andresito. Fue tan popular y conocido en Santiago de Chile que, en palabras de uno de sus biógrafos «… pocos hombres pueden gloriarse de haber obtenido en Santiago más popularidad durante su vida».
«Alabado sea Dios» era una de sus expresiones más comunes que lo caracterizó.
Oración a Fray Andresito
¡Oh Dios Padre Misericordioso!, Te pido por los méritos infinitos de tu hijo Jesucristo, Por la intercesión de María Santísima, Nuestra Madre, Y de todos los Santos, Que te dignes glorificar Con la aureola de los santos A tu fiel servidor Fray Andrés. Recibe, Padre bueno, Junto con mi humilde oración, Mis sacrificios, dolores y buenas obras. Y que la glorificación de tu fiel servidor Y la imitación de sus virtudes, Contribuyan para que todos Te conozcamos y amemos más, Sirviéndote fielmente hasta la muerte. ¡Amén! Padre Nuestro, Ave María, Gloria…
(Con licencia eclesiástica)
Sólo se debe encomendar la persona enferma o necesitada al siervo de Dios. No se debe invocar otros siervos de Dios, venerables, Beatos o Santos. La única que puede acompañar a Fr. Andresito es la Virgen María. Se le recuerda y ora por su causa de Beatificación los 14 de cada mes.
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Fray Andresito: un santo sin altar (libro pdf)
Enlace recomendado: frayandresito.cl
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