Para conocer a Fray Martín hay que acercarse a su vida real, humilde, pobre, obediente, con limitaciones, enfermedades y muerte. Como todos… Pidamos a Dios que permita al hermano Martín ir al encuentro de cada uno de nosotros, y ponga en nuestros corazones la humildad y esa docilidad propias del amor, cuyo secreto posee él.
¡Tú eres el Hombre-Dios, Hijo del hombre!
La humanidad en doloroso parto
de última muerte que salvó a la vida.
Te dio a luz como Luz de nuestra noche,
que es todo un hombre el Dios de nuestra noche
y hombría es su humanidad divina.
Tú eres el Hombre, la Razón, la Norma,
tu cruz es nuestra vara, la medida
del dolor que sublima, y es la escuadra,
de nuestra derechura: ella endereza
cuando caído al corazón del hombre.
Tú has humanado al universo, Cristo,
¡que por Ti es Obra humana! ¡Vedlo todo!
«¡He aquí el Hombre!» por quien Dios es algo.
«¡No tengo Hombre!», decimos en los trances
de la vida mortal; mas Tú contestas:
«¡Yo soy el Hombre, la Verdad, la Vida!»
Tal es el Hombre, Rey de las naciones
de desterrados, de la Iglesia Santa,
del pueblo sin hogar que va cruzando
el desierto mortal tras de la enseña
y cifra de lo eterno, que es la cruz!…
Miguel de Unamuno (Del libro «El Cristo de Velázquez»)
Imagen: Detalle del Cristo Crucificado (Cristo de Velázquez), óleo sobre lienzo de Diego Velázquez.
Al pie de la cruz estaba
afligida y dolorosa,
la Madre triste llorosa
traspasado el corazón
sufriendo junto a su hijo
el dolor de su pasión.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros al redentor.
Lloramos madre la culpa
por la muerte de tu hijo,
Y nos conmueve el perdón
de un amor tan infinito
Que a ti nos da como madre
y a nosotros como hijos.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros al redentor.
Tus lágrimas Madre nuestra
van teñidas de esperanza,
aun cuando tu hijo expira
crees tú en su palabra
si el grano de trigo muere
resurge una nueva espiga.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros al redentor.
Contigo estamos Señora
Madre de dolor transida,
para enjugar esas lágrimas
que corren por tus mejillas
ofreciéndote el consuelo
de una vida arrepentida
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros al redentor.
Canto de alabanza a La Soledad que el musicólogo estadounidense Alan Lomax grabó en Alhama de Murcia el día 16 de diciembre de 1952 a Eduardo y José Valverde Pérez:
De los reinos que el mundo compone entre todos ellos sin duda no habrá una corte como la de España tan maravillosa, digna de admirar; gran prueba nos da porque en ella se ha establecido la hermosa Paloma de la Soledad.
Esta Reina bajó de los Cielos, para fe y aumento de la Cristiandad, transformada en un cuadro de lienzo su hermosa figura viva y natural, y vino a tomar el asiento en el barrio más pobre que en toda la Corte se ha podido hallar.
Unos niños jugando en la calle con este retrato van sin reparar; ha pasado una anciana devota y vio que era el cuadro de la Soledad, gran pena le da, se lo pide a los niños y dicen: —Si usted nos lo compra se lo llevará—.
La señora sacó del bolsillo una monedita y a los niños da, le entregaron el cuadro precioso que a toda la Corte favor le va a dar, y vino a fijar en el mismo portal de su casa, la gente que pasa se para a mirar.
Al fijarse en tan bello retrato no hay otra hermosura que pueda igualar; los vecino[s] y la gente del barrio tienen por costumbre de irle a rezar, y con fe leal, el rosario a la Blanca Paloma, que a aquel que está enfermo la salud le da.
¡Todos debemos concurrir a los cultos organizados por nuestras parroquias para devolver la visita que la Virgen nos hizo hace ahora cien años! Ella, que vino a pedir la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón, sigue derramando sus bendiciones sobre nuestras almas.
Hace 100 años que en Fátima, pueblecito humilde de Portugal se apareció la Virgen durante cinco meses consecutivos (de mayo a octubre de 1917) a tres inocentes niños pastorcillos —los hermanos Jacinta y Francisco y su prima Lucía—. La Madre de Dios y Madre nuestra respondió que era la Virgen del Rosario y manifestó la necesidad de estimular su rezo, alentando además a nuestra conversión. Estas apariciones de Fátima han sido la gran revelación del Corazón Inmaculado de María, y desde entonces la fama de la Virgen de Fátima ha recorrido el mundo entero convertida en prenda de confianza para el futuro. Por ello, en este día tan especial, te pedimos de forma humilde y amorosa: Oh, Santísima Virgen María, concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor.
Letras para el Ave de Fátima
De lejos nos vienes
Oh Virgen sin par
Tus hijos de España
Hoy a visitar.
La Iberia te aclama
Por Reina inmortal
Cobije a su suelo
Tu manto de paz.
El mundo se aparta
De tu Corazón
Nosotros en cambio
Buscamos tu amor.
Perdona a este mundo
Prevaricador
Y danos a todos
De Dios el perdón.
El trece de Mayo
En Cova de Iria
Da al mundo un mensaje
La Virgen María.
De Fátima vienes
En viaje triunfal
Trayendo en tus manos
Perfumes de paz.
Oh Madre querida
Reina de la paz
Abraza en tu seno
A la Hispanidad.
Mira compasiva
Mira a esta ciudad
A quien tiene tu Hijo
Amor singular.
Somos escogidos
Por su Corazón
Y quiere extendamos
Su Reino de amor.
Promesa tenemos
De predilección
Hagamos que reine
Que triunfe el AMOR.
Devoción popular
* * *
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Imagen superior: Virgen de Fátima de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, La Colina, S.C. de Tenerife. Foto: José J. Santana.
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