La realeza de Cristo no es advenediza o externasino que le nace y le es como natural y necesario el ser Rey. Cristo es, Rey, porque es hijo de Dios, Cristo es Rey por muchas razones y títulos inmensurables: es Rey ungido por Dios Rey inspirado por todas las generaciones antiguas; Rey de hecho, de derecho y de conquista; Rey por aclamación; Rey por la soberanía de sus perfecciones; Rey por naturaleza, pues Cristo es todo, que no puede menos que ser Rey; Rey por antonomasia y en todos los actos de su vida, de su muerte, de su resurrección y de su glorificación perdurable; Rey que lleva la realeza entrañada en el corazón; Rey que no puede ser destronado; Rey por excelencia; Rey de los reyes y Señor de los que dominan.
La prueba de esta verdad, la encontramos en el examen de su vida, pues se encuentra en todos sus instantes y manifestaciones; regio fue su nacimiento ya que vino al mundo entre resplandores de gloria, de honor y virtud, regio el homenaje de los pastores y de los reyes de la tierra; el pueblo judío intenta proclamarle Rey cuando ve brillar en sus ojos y centellear en su voz los rasgos y timbres de la realeza; piensa, habla, preceptúa, legisla como Rey; si se le persigue es por ser Rey; los ignorantes no supieron mofarse de su persona, sino dándole trato y nombre de Rey; muere en el trono sangriento de la Cruz para demostrar que es Rey; resucita por su propia virtud probando así que es Rey y Señor de la muerte y vive ahora glorioso en el Cielo, como Rey que reina sempiternamente porque es Rey por naturaleza, que siempre vive y no puede ser derrotado por ninguna fuerza creada.
Y Cristo reina y éstos veinte siglos de Historia lo están proclamando; reina sobre todas las cosas y su reino en orden al tiempo no tiene fin, y su mirada inspira admiración y simpatía; enciende el amor de todos los sacrificios y como Señor de los mundos es dueño de localizar los feudos de su preferencia y por eso, lleno de una suavísima misericordia se dignó a clavar en España sus ojos para asentar los reales de su inamovible dominio; el ideario Español esta saturado de esta oferta, no sabemos el día, pero no dudamos que llegará. Él lo dijo: «Reinaré en España, y más que en otras partes del mundo».
La voz de los muertos es imperativa, y España se encargará de que se cumpla, pues la sangre de sus hijos es un grito de proclamación mística que se dilata más allá de todas las fronteras; dice mucho lo que ellos cantaron con la emoción sublime, de que solo las víctimas son intérpretes: ¡VIVA CRISTO REY!
Francisco Espejo, octubre de 1947.
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A Cristo Rey
Eres Hijo de Dios, y su Realeza
la tienes en tu Vida eternizada.
Eres Hijo del Hombre, y heredada
llevas del Rey David la real nobleza.
Eres el Redentor en el que empieza
el Reino de la Cruz, por Ti trocada
de patíbulo en trono, y exaltada
en trofeo imperial de tu grandeza.
Tres veces eres Rey, Señor, no en vano
tienes pendiente el mundo de tu mano
y no hay poder que a tu Poder resista.
Tres veces eres Rey; te las mereces.
¡Oh, Cristo, mi Señor! reinas tres veces:
por Esencia, por Sangre y por Conquista.
Rafael Sanz de Diego
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