Hoy es el día

Hoy es el día

Hoy es el día

Hoy es el día de Mayo en la suma. Hecha por manos de mujer tendidas a la esperanza. Cada cifra se ilumina por una sonrisa. Que es la de la alegría de la Vida, con su verdadera lección de sublimidad. El triunfo de la solidaridad de los corazones humanos. No hay belleza que escape a este vuelo implorante de amor. Apenas se entreabrirán los labios. Únicamente para pronunciar una palabra que calará hasta el fondo del alma. Por nunca más dicha en profundidad y nunca más inolvidable a cuantos se hagan merecedores de recibirla. “Gracias”, será la palabra que subirá de la tierra al cielo, pasada por el corazón de los hombres, brotada de los labios de una mujer.

Y a los que pasen sin querer oírla, despreciándola como si pudiese despreciarse el amor que mueve los mundos, el silencio de estas mujercitas admirables que sólo saben ahora decir gracias, sin embargo, también está hablando, dulcemente, reflexivamente, insistentemente, así: “Si no tienes salud, si caes en las garras de la más tremenda enfermedad, no pienses en que podrás reservar tus dineros para los esparcimientos honestos; preserva tu fortaleza física, preservando la de tus semejantes; comparte tus medios económicos con la mayor generosidad, acordándote de unos enfermos que es preciso arrancar de la muerte, salvarlos, que es como salvarte a ti mismo en salud del cuerpo y del alma. Las bandejas de la Fiesta de la Flor aguardan tu óbolo. En ellas estás depositando tu corazón y tu conciencia. Trae tu corazón a mi mano. Yo lanzaré tu corazón y tu conciencia hacia Dios. Y te daré gracias en su nombre”.

Luis Doreste Silva

La Villa de Mazo, inmensa Custodia de amor

Corpus de Mazo 1

La Villa de Mazo, inmensa Custodia de amor

Custodia de amor. Inmensa custodia de amor, es la frase adecuada para la Villa de Mazo, especialmente por estas fechas. En vísperas de la vigilia grande, como colofón de las demás vigilias en benedictino anudar de afanes y de esperanzas. Volcando a manos llenas, el amor en el proceso siempre doloroso de la creación. En esa singular tarea que dibuja e informa uno de las mejores maneras de dialogar con Dios.

Custodia de amor. Rico panal, incomparable panal, propio de la colmena laboriosa indesmayable, ilusionada, por los calores místicos de la ofrenda. Y es que sólo por la fe, con amor, se alcanza a comprender los inmensos quilates del esfuerzo compartido. De este quehacer comunitario. De este arrodillarse para ser fuerte de todo un pueblo. Que en esa noche de la vigilia grande, transforma en realidad oferente, todo el ilusionado esfuerzo de otras noches, menos largas, pero también intensas. Con fiebre creadora y prueba victoriosa para la habilidad artesana, capaz de elevarse a los categoremas del Arte.

Y previamente, el despliegue de la gente moza o menos moza, por los vericuetos tendidos sobre los abismos de la montaña o de la mar. Entre la ilusión y el riesgo. En desafío al vértigo, a fin de aportar los ingredientes naturales necesarios, para plasmar en aras de la reverencia toda la poesía con mensaje que promete. Todo ese enorme tapiz de primores tejido de anhelos. Con la soberana urdimbre del amor, que sin mácula, se ha transmitido en trasvase de generaciones para por el Corpus, acentuar en la noble villa, esa plenitud de inmensa custodia de amor. Ese rico joyero que cubre todo el trayecto procesional como cúspide verticalina de ese amor, enlazado a la esperanza.

Corpus de Mazo 2

La difícil tarea de describir

Como en otras ocasiones, los apuros para el pregonero. Con la emoción atisbadora anudándose en su garganta. Poniendo en el empeño lo mejor de su alma, todo su amor admirado por las cosas bellas. Con respaldo de anhelosa entrega y que llega a mimo en los detalles. Con todas las características de la obra bien hecha.

Y como siempre, el humilde pregonero, sabe muy bien, se quedará corto y canijo pese a su afán en pregonar. Muy por detrás de empaque arrogante de la superación. Y es que, no es nada fácil interpretar fielmente hasta dónde llegan las querencias de un pueblo volcado a la pleitesía. Un pueblo que casi durante un año, ha acunado en su alma generosa, el anhelo de adorar a la divinidad mediante esa ofrenda comunitaria dotada siempre de imprevisibles logros. Que se proyecta en todo ese aliarse de primores para incrementar, si cabe, la excelsa intención. El imperativo de todos los corazones, a juzgar uno sólo, por su isócrono latido.

Apela al pregonero a sus recuerdos. Pretende enlazar vivencias en la esperanza de la inspiración necesaria para encontrarse a la altura y dignidad requerida por las circunstancias.

Humilde, confiesa su fracaso. Imposible pintar con palabras toda la galanura de esa obra tan pródiga en armonía. Con tanta elocuencia aderezada. Porque, al fin y a la postre, ahí en el obelisco singularísimo de los arcos. En esos arcos iris de la tierra tendidos para hablar con los cielos. En los arabescos de las alfombras o la extraordinaria intención teológica de los tapices y altares.

Acaso y sin acaso, se necesitaría el concurso de varios grandes poetas en uno sólo. Ser Homero, Virgilio en el equilibrio y Góngora en la metáfora. Disponer de la inimitable musicalidad de los Salmos del Rey David y toda la pristina elevación de San Juan de la Cruz.

Corpus de Mazo 3

La fiesta se invita por sí misma

Sólo resta al pregonero, domeñar la sonora habla de Cervantes. Reducir a términos sencillos el rebullir de sus entusiasmos. Atar bien corto el corcel de su imaginación para no apartarse, ni un solo momento, de ese cúmulo de esencias del Corpus Christi en la Villa de Mazo. Y contemplar ese conjunto de obras como envueltas en luz, hablándonos al corazón. Invitándonos dulcemente a participar en toda la soberana magnitud de la pleitesía.

De ahí que la Villa de Mazo, oficialmente no invita. Se limita a recordar la fecha y aguardar con los brazos abiertos y extendidos. Confía en la comprensión y amistad de todos y a raíz de su presencia, disfrutar plenamente de la labor bien hecha. De la tarea culminada felizmente, para contribuir a la felicidad de todos y que todos, en hermandad dichosa, se sientan también protagonistas de tan magnífica plasmación. Y sean también espontáneos pregoneros de esa pirámide de obras perfectamente engarzadas a una tradición que seguramente, se ha transmitido en andas del misterioso ritmo de la sangre. Porque aquí la mies es mucha y los sarmientos apadrinan excelentes caldos. En resumen, las especies singulares para prolongar hasta el infinito el gozo de vivir en Cristo y para Cristo. Vivir diariamente entregándose a los demás. Con amor, con caridad. En definitiva, alimentándose, elevándose desde esa inmensa custodia de amor, cuenco singular del único amor, que jamás podrá morir y proporciona seguridades de una eterna vida.

En definitiva, la Villa de Mazo no invita. Aguarda la visita de todos para en unión de todos, reforzar si cabe, la magnitud y pureza, la reverencia profunda provista del vertical impulso de recrearse en el diálogo con la divinidad.

Domingo Acosta Pérez, junio de 1976. Pregón de las Fiestas del Corpus (El Eco de Canarias)

Fotos: José J. Santana

Nuestra Señora de los Dolores de Kibeho, Madre del Verbo

Nuestra Señora de Kibeho

“Cuando me hago ver por alguien para hablarle, lo que quiero es dirigirme a todo el mundo. Si ahora vengo a la parroquia de Kibeho, ello no significa que sólo venga para Kibeho o para la diócesis de Butare o quizás para Rwanda o tal vez para el África. Yo me dirijo a todo el mundo”.

La República de Ruanda es un pequeño país situado en el África Central. Es un país económicamente pobre, dedicado esencialmente a la agricultura y ganadería de subsistencia. En los años 90 sufrió una terrible guerra civil, que se convirtió en un auténtico genocidio a una parte de la población.

El 28 de noviembre de 1981 tuvo lugar la primera aparición; la última, el 28 de noviembre de 1989. Durante este tiempo la virgen se le aparece a tres jóvenes (Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango) en el humilde poblado de Kibeho. En dichas apariciones, aprobadas por la Iglesia en 2001, se anunciaba la importancia de la penitencia, la dedicación a la oración y la práctica del ayuno. Posteriormente, el número de videntes difundiendo el mismo mensaje aumentó hasta llegar a siete.

«Yo he venido a prepararle el camino a Mi Hijo, para vuestro bien, y ustedes no quieren comprender. El tiempo que resta es poco, y ustedes están como distraídos y ausentes. Están concentrados en las cosas de este mundo, que son pasajeras. He visto a muchos de mis hijos perderse, y he venido a mostrarles el camino verdadero”.

A una de las videntes, concretamente a Marie Claire Mukamgango, la Virgen le enseñó a rezar la Corona de los Siete Dolores. Pidió que se diera a conocer esta corona por todo el mundo, «porque en muchos lugares ya no se conoce ni se reza». Los martes y los viernes son los días en que la Madre de Dios pidió que se rezara la corona; pero evidentemente, se puede rezar cada día. Esto no quiere decir que se suprima el rezo normal del Santo Rosario.

Corona de los Siete Dolores de María Santísima (pdf)

Asimismo, es importante destacar la similitud de Kibeho (Ruanda) con las apariciones de Fátima (Portugal), Akita («la Fátima de Oriente», Japón), Garabandal (España) o Medjugorge (Bosnia-Herzegovina). Aunque estas dos últimas todavía no han sido aprobadas, el mensaje (y “aviso”) de conversión es claro en todas ellas.

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kibeho oración

Oración a Nuestra Señora de Kibeho

Bienaventurada Virgen María, Madre del Verbo, Madre de todos aquellos que creen en Dios y lo acogen en sus vidas, aquí estamos delante de ti para contemplarte. Creemos que te hallas entre nosotros, como una madre permanece entre sus hijos, a pesar de que nuestros ojos no te vean.

Tú eres el camino seguro que conduce a Jesús, el Salvador; te bendecimos por todos los beneficios que incesantemente nos brindas, sobre todo porque, en tu humildad, te dignaste a aparecer milagrosamente en Kibeho, en un momento en que en nuestra tierra tiene tal necesidad.

Danos la luz y la fuerza necesarias para acoger de manera inmediata tu llamamiento a convertirnos, a arrepentirnos y a vivir según el Evangelio de tu Hijo.

Ayúdanos a orar sin hipocresía y a amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado; como tú nos lo has pedido, seamos siempre una deliciosa fragancia de hermosas flores que se propaga por todas partes.

Oh, Santa María, Nuestra Señora de los Dolores, enséñanos a comprender el valor de la cruz en nuestras vidas, para que lo que falta a los sufrimientos de Cristo lo recibamos en nuestra propia carne en favor de su Cuerpo místico, que es la Iglesia. Intercede a fin de que cuando acabe nuestra peregrinación sobre esta tierra, podamos vivir eternamente contigo en el Reino de los Cielos. Amén.

kibeho-rwanda

Enlaces recomendados:

Apariciones de Nuestra Señora de Kihebo, Ruanda, África (1981 -1989) (pdf)

Asociación Cultural Virgen de Kihebo

Santa Luisa de Marillac: La benéfica institución de las Hermanas de la Caridad

Hijas de la Caridad

Monjitas de la Caridad,
Santas que en la tierra viven,
que por curar se desviven
sin buscar loor ni tener vanidad.

Sus manos curando hacen
que las llagas broten flores,
pues curan con mil amores
y los enfermos renacen.

De Job tienen la paciencia.
De la Soledad el dolor,
y de madre es el amor
que les llena la conciencia.

Vestidas de albo y azul
sois sacrificio y bondad.
Hijas de la Caridad,
de Vicente de Paúl
y Luisa de Marillac.

Santa Luisa de Marillac y San Vicente de Paúl siguen viviendo en sus hijas e hijos esparcidos por el mundo, amando y obrando con el mismo espíritu. Pero sí el mundo les debe, Canarias muchísimo más. Las Hijas de la Caridad y los PP. Paúles han volcado sobre el pueblo canario su caridad y su misión apostólica: en escuelas, hospitales (psiquiátricos, antiguas leproserías, etc.), asilos, orfanatos, obras sociales; y en cualquier caso, siempre dignificando la vida material y la espiritual de los más necesitados. Un ejemplo de todo ello lo encontramos en el siguiente texto, tan sensible como acertado, de Sebastián Padrón Acosta: una loa al trabajo realizado en la Villa de La Orotava, pero que también es extensible -por ser fiel reflejo- a Las Palmas de Gran Canaria o cualquier otro punto de nuestras islas donde las Hermanas han llevado a cabo una ingente labor.

Nos hemos congregado en este santo retiro, llamados por la voz de la caridad, esa palabra magna y significativa, mansa y sonora, que debiera ser escrita con letras de oro en el frontispicio de vuestras casas solariegas como el blasón más egregio de vuestra hidalguía y de vuestra religiosidad preclaras; virtud sublime, cuya primera lección fuera dada por Cristo en la Cima del Calvario, cuando murió por salvar a la humanidad prevaricadora, ofreciéndose al Padre como hostia de expiación; sentimiento, dignificado por el catolicismo, que le erigió trono y altar, incluyéndola entre las virtudes teologales, como síntesis, resumen y compendio de le Fe y de la Esperanza; ángel de alas blancas y tutelares que tiende su manso vuelo sobre las casas donde reina la desgracia y el infortunio, la indigencia y la desdicha, el desamparo y la orfandad; sentimiento que debiera ser el móvil de todas nuestras acciones, porque así lo preceptuó Jesús de Galilea, al dejarnos, como testamento inolvidable antes de su partida al cielo, aquellas amorosas palabras: «Amaos los unos a los otros»; azul paloma descendida de las alturas. ¡La caridad!, hija de Dios, madre del Bien, hermana del Amor, dispensadora del Consuelo, mensajera de la Alegría.

…Cuando la caridad, cubierta de gasas, bajó entre fulguraciones de oro a esta tierra de amargura, un nuevo sol esplendente y triunfal lució sobre la línea azul del horizonte, Y al conjuro mágico de este ángel salvador y tutelar, las instituciones benéficas del Cristianismo florecieron y surgieron almas como la beata Luisa de Marillac, que fundó la hermosa institución de Las Hermanas de la Caridad, que se difundieron por la tierra prodigando bienes y alegrías y consuelos.

Aquí tenéis, orotavenses, a estas santas mujeres, pasionarias de sacrificio, violetas de humildad, lirios de sencillez. Ellas, ahogando en el fondo de su espíritu delicado todos los impulsos de su primavera, se abrazan a la cruz amorosamente. Se desposan con la caridad, con Jesús, después de haber dirigido al mundo una mirada entristecida, desdeñosa. Y recatan en unas bancas tocas el encanto espiritual de su pudor, como un lirio que cierra sus pétalos ruboroso. Desde el momento en que se desposan con la caridad, emprenden la senda luminosa del Calvario, buscando con anhelo las huellas del Nazareno.

Como que la alondra del amor canta en sus pechos, el lugar donde viven, cárcel para el mundo, es para ellas alcázar de felicidad, porque está bañado por los esplendores con que el amor lo ilumina. Cuando en prisión vive ¡o amado, prisión es paraíso. Y por eso en este lugar de refugio tienen las hermanas su vergel, porque a él acuden los ancianos, representaciones de Cristo hambriento, de Cristo cansado, de Cristo sediento. Y es altamente conmovedor el cariño inefable con que estas hijas de la Caridad cuidan a los náufragos de la vida. Y en este hogar cristiano, reina el verdadero amor a la humanidad, prueba inconcusa rotunda de que el ángel que trajera el Cristianismo no ha alzado su vuelo. Palpable demostración de que la mujer jamás abdicará su aroma de virgen y madre, ¡sus gloriosas aureolas!

Ellas van cantando que Cristo es el amor, que Cristo es la caridad. Merecen las Hermanas de la Caridad nuestra adoración, nuestros donativos, nuestros esfuerzos, porque en aras de la humanidad sacrifican su vida abnegada. ¡Quién sabe si los que hoy damos limosna, tendremos que mendigarla mañana!, porque aún peregrinamos por la senda! Y hoy en que el materialismo parece romper con lo sobrenatural, ellas permanecen extasiadas contemplando el misterio de las alturas.

Pasan por la vida, derramando sobre el desamparo de la tierra los bálsamos de la caridad, deshojando las rosas de su sacrificio y de su amor y de su abnegación. Sus cuerpos permanecen en la tierra, pero sus almas viven perdidas en los senos de la Divinidad. Mientras las Hermanas miran a los ancianos con la sonrisa de la caridad en los labios, ellos, en el misterio de sus almas cansadas, quizá piensen en el ocaso…

Las Hermanas de la Caridad son contemplativas como María y laboriosas como Marta. Son ellas la castidad que pasa por el lodo de la tierra sin manchar la albura de sus tocas. Son los ángeles de la Caridad. Vosotros sabéis todas las abnegaciones de las hijas de S. Vicente, de las hijas de la beata Luisa de Marillac. No necesito insistir más sobre ello, pues vuestra presencia en el acto que estamos celebrando lo corrobora.

La solemnidad que estamos celebrando honra altamente al valle de Orotava y a sus damas preclaras. Desde 1884 se ha venido sosteniendo este Asilo con el esfuerzo, con la entereza de almas recias y fuertes, generosas y caritativas; es un ejemplo digno de imitación. La piedad orotavense ha levantado y sostenido este Asilo, que es puerto de refugio, lugar de consolación, rincón de cariño.

Estos beneficios que vosotros dispensáis a los desamparados se os premiarán en aquella hora en que toda obra buena recibirá su galardón. Y vuestra labor es enaltecedora, porque nos hallamos en una época en que la Humanidad ha menester de los bálsamos de la caridad; porque atravesamos una edad angustiosa en que la túnica blanca e inconsútil de la caridad se ha rasgado ignominiosamente; porque estamos en una edad en que la doctrina traída al mundo por Jesús, quiere ser bautizada por fariseos con el nombre de filantropía; porque vivimos en tiempos dolorosos; porque las palabras confortadoras de Jesús se pierden en el vacío de los espíritus. Y vosotros habéis laborado infatigablemente, silenciosamente por favorecer con vuestro propio peculio a estos desamparados de la fortuna.

Dios premiará con creces la magnitud de vuestra labor, la grandeza de vuestra obra, el esfuerzo de vuestra voluntad, la bondad da vuestra intención, el valor de vuestro sacrificio. Habéis enjugado lágrimas, habéis calmado la sed y el hambre de los sedientos y necesitados, habéis vestido a los desnudos, habéis dado posada al peregrino, habéis, en una palabra, cumplido con los preceptos misericordiosos. Y por todo esto recibiréis galardón, recompensa, aureola.

…No sucumbáis jamás en vuestra caritativa empresa enaltecedora. La caridad, como un nimbo, orna vuestras frentes. Debemos seguir serenos, imperturbables, infatigables, los derroteros señalados por Jesús de Galilea. Seguid vuestra labor; no os arredre la magnitud de vuestra obra.

Cuando sintáis en vuestros corazones desfallecimientos en la jornada, id al pie de los altares, y en el secreto de vuestro retiro contad a Jesús Sacramentado vuestras cuitas, que Él es aurora esplendente, gloriosa y triunfal, en medio de esta noche abrumadora que atravesamos, nosotros peregrinos en este doloroso viaje de la vida hacia la Eternidad, donde se rasgarán todas las sombras que nos envuelven dolorosamente.

Reciban, pues, las Hermanas el fervor más entusiasta de nuestro agradecimiento.

Sebastián Padrón Acosta: La benéfica institución de las Hermanas de la Caridad en la Villa de La Orotava. Gaceta de Tenerife (julio de 1922). Extractos.

“Sed empeñosas en el servicio de los pobres… amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo”.

Oración

¡Oh gloriosa Santa Luisa de Marillac!
Esposa fiel, madre modelo,
formadora de catequistas, maestras y enfermeras.
Ven en nuestra ayuda y alcanza del Señor:
socorro a los pobres,
alivio a los enfermos,
protección a los desamparados,
caridad a los ricos,
conversión a los pecadores,
vitalidad a nuestra Iglesia
y paz a nuestro pueblo.
Cuida nuestro hogar
y cuanto hay en él.
Que sea un camino recto
que nos conduzca a nuestra casa del Cielo,
y que tu bendición descienda todos los días
sobre cada uno de los que lo transitamos.
Bendito seas, buen Dios,
porque sembraste el amor en Santa Luisa
para ejemplo nuestro
e imitación de Jesús,
Camino, Verdad y Vida.
Amén.

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Enlace recomendado: Biografías de Santa Luisa de Marillac

Con fecha de 3 de febrero de este año de 2016, el Superior General de la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles) y de la Compañía de las Hijas de la Caridad, P. Gregory G. Gay, C. M., ha escrito una carta a todos los “Sacerdotes y Hermanos de la Congregación de la Misión” comunicándoles el cambio oficial de fecha de la fiesta de Santa Luisa de Marillac. Como dice el Superior General en su carta, “La celebración de la fiesta de Santa Luisa permanece solemnidad y, con efectos inmediatos, se celebrará cada año el 9 de mayo”.

Se ha considerado cambiar la fiesta de Santa Luisa de Marillac, porque siempre cae en Cuaresma y es preferible no celebrar solemnidades durante ese tiempo litúrgico. Acordándose el 9 de mayo, aniversario de la beatificación de Santa Luisa, porque el aniversario de su canonización también cae en Cuaresma.

Pinturas representando los milagros que llevaron a los altares a San Martín de Porres

Convento de Santo Domingo, Primer milagro de San Martin de Porres para la canonizacion.

Estos dos cuadros que mostramos a continuación representan los milagros considerados (y aprobados) por la Iglesia Católica durante el proceso de canonización de Fray Martín. Ambas pinturas son obra de Blanca Chávarri, creadas ex profeso para tan grande ocasión y expuestas en el solemne acto de canonización el 6 de mayo de 1962:

El primero, acontecido en Asunción, la capital de Paraguay, representa la curación de Doña Dorotea Caballero Escalante, una señora de avanzada edad, aquejada de una obstrucción intestinal que le había originado una colapso cardíaco. Sólo la cirugía podía salvarla. Sin embargo, dada su edad -87 años- y su debilidad desaconsejaba la operación. Los médicos avisaron a su hija pues se esperaba su muerte en cualquier momento. La hija, que en ese momento residía en Buenos Aires y de camino hacia Paraguay, se encomendó de manera inmediata a San Martín de Porres, pidiendo por su intercesión durante todo el trayecto. Las plegarias fueron escuchadas, pues Doña Dorotea se recuperó al día siguiente y pudo llevar una vida normal durante algunos años más.

Convento de Santo Domingo - 2º milagro

Y el segundo, la curación del niño tinerfeño Antonio Cabrera Pérez-Camacho, que milagrosamente salvó su pierna de ser amputada tras caerle una enorme piedra que se había desprendido de una tapia que había intentado trepar. La pierna quedó aplastada y con el peligro cierto que se complicara con una grangena. El niño fue evacuado a la clinica Capote, donde los médicos llegaron a la conclusión de que era conveniente amputar para que la vida del niño no corriese ningún peligro, pues no respondía al tratamiento inicial. Una amiga de la familia le entregó a los padres del niño una estampa de Fray Martín y pidió que se le rezara con fe. Llegó el día de la operación. Pero en esa mañana, los médicos observaron con asombro como la gangrena había desaparecido y la sangre comenzaba a circular con normalidad. Antonio muy pronto estuvo recuperado totalmente (El niño que hizo Santo a San Martín de Porres).

Estas dos curaciones fueron examinadas en Roma por la Sagrada Congregación de Ritos y aprobadas oficialmente como verdaderos milagros por el papa Juan XXIII en marzo de 1962. Posteriormente, el 6 de mayo de ese mismo año Fray Martín de Porres era solemnemente canonizado para alegría de toda la comunidad de la Iglesia Católica.

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Homilía de su Santidad Juan XXIII: Rito de canonización del Beato Martín de Porres