Juan José Padilla: El torero devoto de Fray Martín

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Siempre que salgo a torear rezo lo mismo: un Padre Nuestro, el Ave María, un Gloria, ¡y una oración a San Martín de Porres!

Todos hemos oído hablar de personajes famosos que sienten devoción por algún paso procesional de Semana Santa, por alguna advocación mariana o algún santo/a. También sabemos de otras personas conocidas o renombradas que sienten devoción, en este caso, por San Martín de Porres: Juan José Padilla es una de ellas. En un momento delicado de su vida se encomendó a Fray Martín para que, intercediendo ante el Señor, le diera fortaleza interior y la ayuda necesaria que le permitiera seguir adelante y cuidar de su familia, en un digno ejemplo de fe y superación. Hace dos años, una espeluznante cogida lo hirió de tal gravedad que incluso hizo temer por su vida, desfigurándole una parte de su rostro y produciéndole la pérdida de un ojo. Al poco tiempo de la grave cogida señalaba: «Trabajaré y lucharé por volver a pisar los terrenos de siempre con la ayuda del Altísimo y de San Martín de Porres”. Una muestra de como la fe, fuente de poder, puede hacernos levantar y mirar al futuro con esperanza.

Juan José Padilla

Soy un absoluto devoto a San Martín de Porres por lo mucho que me ha ayudado. Me encomendé a él y, desde entonces, me ha dado seguridad y me ha ayudado a conseguir los logros que me he ido planteando en mi vida. Tan importante es su presencia en mi vida que mi hijo se llama Martín de Porres.

Juan José Padilla concedía, durante su convalecencia, una entrevista a Pla Ventura para la revista especializada Opinión y Toros. Algunas de sus respuestas, interesantes y enriquecedoras, son las siguientes:

– El sufrimiento es parte de la gloria y estoy mentalizado para pasar por este trance. Nos tocó sufrir el 7 de octubre, pero Dios ha querido que milagrosamente me pueda recuperar, reincorporándome a una vida normal y llevar a cabo mi profesión.

– Doy gracias a Dios, y espero aprovechar el momento sin menospreciar otros encastes y a todos los compañeros del escalafón.

Preguntado si sirve de algo ser buena gente, como a él se le reputa ser, como él lo es, el torero responde:

– No trato de ser ni mejor ni peor, sino cumplir con mis obligaciones de ser humano e irme a la cama convencido en que he obrado bien y que Dios me corrija.

Recuerda el entrevistador que las primeras palabras del diestro cuando fue fatalmente cogido en Zaragoza fueron “¡mis hijos!, ¡mis hijos!” y le pregunta por quién daría la vida. El maestro responde como tal:

– La vida no se da por nadie. Precisamente pedí a Dios que me dejara seguir luchando por y para ellos.

jj.padilla

Agradecido por su recuperación, todavía añade: “Solo he perdido un ojo y Dios me da la oportunidad de poder volver a expresarme y sentirme torero”. ¿La clave de su recuperación? Padilla no lo duda: “Vuestras oraciones”. Un gran aficionado resumía de manera emotiva y acertada el sentir del torero:

Te vi y estoy seguro que las lágrimas y la emoción te nublaron tu otro ojo, las gracias grandes y profundas a tu Virgen del Rocío y a San Martín de Porres seguro que te inundaron el ojo, el alma, el sentimiento. Ese gesto tuyo tan torero, tan noble, tan valiente saludando a todos como si tuvieras la montera entre las manos, me emocionó grandemente.

Francisco Gómez

juan josé padilla

Padilla ha visitado el convento de Santo Domingo de Lima, donde ha expresado el sentimiento que le ha causado conocer «in situ» el lugar donde vivió Fray Martín.

juan josé padilla

Juan José Padilla, apodado en el mundo taurino como «el Ciclón de Jerez», se ha convertido, por ser un personaje público, en un buen embajador de San Martín de Porres allá por donde va. Es un hombre piadoso, querido y respetado por su gran fe y tesón, en su vida privada y profesional. En algunas capillas de plazas de toros de España, como la de Santander o la de Sevilla, se encuentra la imagen de San Martín de Porres: en su mayoría llevadas por el propio Juan José Padilla, en agradecimiento por todo lo bueno que le ha llegado en estos momentos de su vida.

 fraymartinblog.wordpress.com

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Oración por la Fe

Alfredo Pittó Frias 1957

Era tan firme la fe de Fray Martín, que suspiraba pidiendo a Dios la gracia de morir por defenderla.

La actitud de confianza absoluta en Dios, define a Fray Martín de Porres: un buscador de Dios, un hombre feliz, con la felicidad de quien camina en la luz (Jn. 8,12). Caminó siempre a la luz de la fe. Resalta en él su fe inquebrantable en el poder de Dios, manifestado en sus obras. De esta fe se sirvió el Señor para alentar a cuantos se acercaban al hermano Fray Martín, porque el Señor ha dicho: «Todo es posible para el que cree» (Mt. 9,23). (P. Francisco Arias, O.P.).

¡Oh glorioso Fray Martín, que desde tus primeros años aprendiste a andar por los caminos del Señor, firme siempre tu fe en Dios, celoso por su gloria y salvación de las almas: haz que vivamos esa misma fe, como hijos de Dios que somos!. Ruega por nosotros, para que te imitemos en la fidelidad, y alcánzanos las gracias particulares que sabes necesitamos, ya que tanto puedes ante nuestro Rey Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Iglesia Matriz de Nuestra Señora del Rosario (Puerto del Rosario, Fuerteventura)

San Martin de Porres Iglesia de Puerto del Rosario (Fuerteventura)

Imagen de San Martín de Porres en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, en la capital majorera de Puerto del Rosario (Fuerteventura). Fotos por Carlos González.

La iglesia se encuentra en el centro neurálgico de la capital de Fuerteventura, Puerto del Rosario. Esta iglesia de estilo neoclásico fue proyectada desde principios del siglo XIX, pero es durante el período de 1906-1931, tras sucesivas reformas y ampliaciones, cuando se concluye tal como hoy la conocemos.

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La iglesia es de planta rectangular y una sola nave. A ambos lados de la capilla mayor se adosan las sacristías con acceso directo desde la calle. En los muros laterales del templo se localizan unos grandes ventanales y puertas enmarcadas en cantería roja.

El interior se cubre con una estructura de madera. El retablo, reproducción del que existió anteriormente, consta de un cuerpo central con hornacina, flanqueado por columnas y coronado por un frontón curvo. Los laterales también presentan cuerpos con repisas, cerrados por una balaustrada. El conjunto, policromado en tonos azules, rosas y dorados sobre un fondo blanco marmoteado, culmina en un cuerpo circular con un Cordero Divino, del que salen grandes rayos.

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La parte central la ocupa una Escultura de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XIX. A la izquierda, se localiza un San José con el Niño y a la derecha, un San Luis Gonzaga. En 1906, adquiere el rango de parroquia y en 1990, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico-Artístico. (+ información AQUÍ)

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Fotos 1 y 2: por gentileza de Carlos González (fotografiatindaya.com)
Enlace recomendado: fuerteventuraenimagenes.com

Siervo de Dios Buenaventura Codina y Augerolas (Obispo Codina)

Obispo Buenaventura Codina

 *El Obispo de Canarias D. Buenaventura Codina y Augerolas 1847-1857

Breve Semblanza de su vida y obra

  D. Buenaventura Codina y Augerolas nació el 3 de Junio de 1785 en Hostalrich, provincia de Gerona. Hechos los estudios primarios completó su formación en la Universidad de Cervera donde se graduó en Filosofía y Teología.

Ingresó en la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl en la que llegó a ser Visitador Superior de la Congregación en España en al año 1841. Propuesto por el Gobierno de Isabel TI para el obispado de Canarias, llegó a Las Palmas de Gran Canaria, capital de su nueva diócesis, el 14 de Marzo de 1848.

El episcopado del Obispo Codina se inserta en la difícil centuria decimonónica en la que la Iglesia española se vio sometida a un auténtico vendaval de dificultades que van desde las planteadas por las relaciones Iglesia-Estado a las ocasionadas por los graves problemas sociales de la época. En este entorno, la figura del Obispo Codina emerge firme y serena como “un hombre de bien”, es decir, un infatigable hombre de Dios y pastor que incluso expone su propia vida en aras de confirmar esta trayectoria. Para comprender con si menor acierto la vida de este excepcional obispo le contemplaremos en las siguientes facetas:

 1.- Sacerdote de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl.

La labor de D. Buenaventura Codina se proyecta en este aspecto en una doble  dirección:

 a) Consolidando el “edificio” de la Congregación de la Misión en España.

Una vez que se incorporó a la Comunidad de Badajoz en 1828, fue el brazo derecho de los Visitadores, recayendo en él desde 1833 todo el peso de la superioridad de la Casa Central en donde se formaban las nuevas generaciones y se organizaban numerosas tandas de ejercicios espirituales para seglares, sacerdotes y ordenándolos. El 24 de Julio de 1834 se produce el estallido de las célebres matanzas de religiosos. El asesinato organizado duró todo el día. Comenzó así para los religiosos un peligroso éxodo huyendo del fanatismo de las masas. El P. Codina supo conducir con prudencia y acierto a sus compañeros hasta instalarse provisionalmente. Además hay que destacar que el P. Codina como Visitador de la Congregación en España se preocupó por la formación de los misioneros y el ejercicio de su actividad especifica con un talante de extraordinaria abnegación.

 b) Su labor de acompañamiento a las Hijas de la Caridad.

Las Cortes constituyentes de 1854 elaboraron un proyecto de secularización de la beneficencia nacional. Contra éste presentó el ya Obispo de Canarias una exposición a dichas Cortes en las que se expresa su admiración por la labor de las Hijas de la Caridad en favor de los más pobres y necesitados. Y enumera los centros en que se lleva a cabo esta labor de caridad como el hospital y la Misericordia de Tolosa, de Zaragoza, y aún de su mismo obispado en donde habían dado recientes pruebas de su heroicidad atendiendo con tal entrega a los afectados por la epidemia del cólera morbo de 1851. De su incansable actividad fundadora nos hablan las doce instituciones de beneficencia creadas bajo su etapa de responsabilidad.

 2.- Su extraordinario talante de Pastor.

 a) Su solicitud por el clero.

Al llegar a la Diócesis se encuentra con un Seminario que presentaba un estado deplorable. El número de alumnos era exiguo, apenas unos catorce. No se admitían más por falta de local disponible. La enseñanza era rutinaria. Para los estudios de dogma y de moral se empleaba un texto del Arzobispo de Lyón y las demás asignaturas se seguían por autores ya bastante superados. Codina introduce al jesuita Perrone para el dogma y al P. Larraga para la moral. Coloca como rector del Seminario al que era entonces cura ecónomo de Artenara, D. Pedro González, y en unión con él sigue personalmente un nuevo plan de formación académica y espiritual de los alumnos. Hacia el final de su episcopado encomienda a los jesuitas la dirección del Seminario que en ese momento no sólo llegó a tener un número muy elevado de alumnos (unos 50) sino que se convertirá en uno de los principales centros culturales y educativos de la región.

El Cabildo Catedral se hallaba en igual estado de postración y casi de extinción. De las dignidades solamente se hallaba una provista, la de Arcediano, ostentada por un hombre anciano y enfermo, dos canónigos de oficio y uno de gracia, bastante enfermo, que no prestaba ningún servicio. Luego existían otros sacerdotes auxiliares. Por diferentes circunstancias, a las cuales no fue ajeno el cólera morbo de 1851, el Cabildo Catedral se vio reducido hacia 1853 a sólo un canónigo, el Doctoral Graciliano Afonso. Gestiones hechas personalmente por el obispo ante la Corte logran recomponer el Capítulo y se ocupan todas las prebendas en clérigos que destacan no sólo por sus cualidades intelectuales, sino pastorales, como si Arcediano Rafael Monje o los hermanos Jacinto y Rafael Pantoja.

 b) Su dimensión misionera.

Jamás dejó el Obispo Codina de pertenecer en cuerpo y alma al espíritu de la Congregación de la Misión, de la cual nunca quiso separarse. Ya en su viaje de ida a Canarias le acompañó el entonces sacerdote del clero secular y más tarde Santo, D.Antonio María Claret y Clará, con la única finalidad de misionar su Diócesis. Estas comenzaron en la Catedral del 20 de Marzo de 1848 con un fruto tan extraordinario que al decir de muchos historiadores para conocer la trayectoria de la Iglesia en Canarias hay que dividirla en un antes y después de la misión del P. Claret. El misionero nunca se vio solo, pues el mismo obispo explicaba cada día un punto de la doctrina cristiana e impartía el sacramento de la penitencia en la misma catedral y en ocasiones en otros templos a los que podía acudir. Este talante misionero lo ejerció Codina con igual intensidad en las dos Visitas Pastorales que hizo a todo su obispado.

 c) La heroicidad de su vida.

El 8 de Junio de 1851 se declaró oficialmente la epidemia del “cólera morbo” que al parecer había sido importada desde Cuba. El terror se apodera de la población y las tres cuartas partes del vecindario huyeron a los pueblos del interior. Huyeron también las autoridades civiles, militares y judiciales. Los cuatro párrocos de la ciudad recorrían cada día con la Unción de enfermos los barrios extremos de su feligresía y el Sr. Obispo acompañado de su hermano visitaba los más cercanos de Triana y Vegueta, regresando sólo al mediodía a su Palacio, para tomar una breve comida, y luego continuar hasta el anochecer en esta tarea. Muertos varios capellanes del hospital de San Martín, y no teniendo con quien sustituirles se trasladó el mismo al establecimiento, donde pasaba todo el día ejerciendo de capellán y enfermero. Por fin el 9 de Agosto la epidemia se declaró finalizada. En el sólo término de seis meses la población de Las Palmas se vio reducida a la mitad. La epidemia dejé como rastro generalizado una situación grave de miseria, La necesidad de alimentos era tal que el hambre comenzaba a hacer estragos junto al cólera. El Obispo nombró una junta de 34 individuos para hacer frente a esta circunstancia. Él fue el primer benefactor, aunque ya sostenía prácticamente sólo el hospital y el hospicio. De este despojo en favor del necesitado nos habla el hecho de su renuncia a la Gran Cruz de Isabel la Católica, pues decía que ese dinero estaría mejor empleado en los pobres de su obispado. Él estaba muy contento y satisfecho llevando su cruz de madera.

Los últimos años de su vida los pasó sumido en una profunda noche oscura. Todo parece indicar, según afirma su paje, que el P. Etienne, Superior de la Congregación, le notificó su expulsión de la misma por no haber dado cuenta de su nombramiento de Obispo y haberse consagrado sin su autorización. El Obispo le contesta dándole cuenta de la triple renuncia que hizo a su obispado y el precepto de obediencia con que el Papa le obligó a aceptar el cargo. Estas amargas circunstancias originaron, en palabras del paje cronista, “la decadencia física vertical del Sr. Obispo”. Finalmente un accidente en la parroquia de Tafira le originó una hidropesía que le ocasionó la muerte si 18 de Noviembre de 1857.

Urna de cristal - Obispo Codina

Sus restos fueron exhumados, hallándose su cuerpo incorrupto. En la actualidad se encuentra en una urna de cristal en la Capilla de los Dolores de la Catedral de Santa Ana (Las Palmas de G.C.)

En el año 1978 fueron exhumados sus restos que se hallaban en la cripta de la Catedral, donde había sido enterrado ciento veinte años antes. Su cuerpo estaba incorrupto. Vestido con suma pobreza ostentaba aquel sencillo crucifijo de madera que él había preferido al otro más suntuoso de Isabel II. Su cuerpo se exhibe hoy en la Capilla de los Dolores del primer templo de la Diócesis, pero su espíritu se percibe hoy como ayer en unas palabras suyas escritas al Ministro Bravo Murillo en 1851:

Desde mi instalación en este Obispado no he perdonado trabajo alguno para introducir reformas saludables en la moral pública y privada. Mucho se ha conseguido por la gracia de Dios, por medio de la predicación que he ejercido continuamente. Esta Iglesia, la más pobre, es la esposa que por voluntad de Dios se me ha dado. La cuidaré mientras pueda. Y cuando no, solicitaré un retiro para acabar mis días en paz y prepararme para dar buena cuenta, cuando sea presentado ante el tribunal de Nuestro Señor Jesucristo.

En cuanto a la actualidad y conveniencia de esta Causa están, entre otras razones, la necesidad que tenemos todos de testigos que nos hagan presente a Dios y su rostro según se nos indica en la Lumen Gentium, Nº 5° y en Novo Millennio Ineunte, Nº 7; además su amor a los pobres y a los enfermos (Cf. Sollicitudo Rei Socialis, no 42) y sobre todo su obediencia al Sucesor de Pedro y su espíritu misionero (Cf. Ecleesia Suam, Nº 185). Por otra parte hay un motivo que sirvió de origen en el inicio de este proceso de beatificación: servir de estimulo a los diocesanos para llevar a la práctica las constituciones del último Sínodo Diocesano; y últimamente la Carta Apostólica del Santo Padre ‘NOVO MILLENNIO INEUNTE’, como reclamo a la espiritualidad en la Iglesia”.

*Fuente: vincenziani.com

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 La positio del Siervo de Dios Don Buenaventura fue entregada en la Congregación para las causas de los santos en el mes de Junio de 2008, consta de 335 páginas. Del estudio del proceso se concluye que el obispo Codina fue una réplica de su padre y maestro San Vicente Paúl, una interpretación exacta de su vida carismática; y la otra conclusión que aparece del estudio de todo lo actuado es el parecido de nuestro Siervo de Dios con el papa Juan Pablo II. Los dos sufrieron la enfermedad durante casi toda su vida episcopal, y los dos estuvieron trabajando hasta el último momento. Mons. Codina murió en noviembre de 1857, y en Febrero de ese año estuvo misionando en Lanzarote.

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Siervo de Dios Buenaventura Codina, Obispo de Canarias (1848 – 1857)

Martín de Porres, santo de capa y escoba

Óleo sobre lienzo - Souraya Mazzaoui

El recorte de un artículo de prensa titulado «Martín de Porres, santo de capa y escoba», ayudó a una mujer enferma a recuperar su salud

Este artículo, escrito por el Padre José María Milagro, O.P., fue publicado en el periódico La Vanguardia Española el 4 de noviembre de 1958, y ciertamente cuenta con una bonita anécdota. El artículo fue recortado por una devota de Manresa (Barcelona) y conservado en la mesilla de noche. Algunos días después, su madre enfermó gravemente y se sirvió de aquel recorte para aplicarlo a la parte doliente, que ayudó a que la enferma recuperase su salud contra el pronóstico médico que aconsejaba la operación inmediata. El Padre José María Milagro comentaba algún tiempo después al respecto: «Un extraño y singular testimonio del apostolado de la prensa en la que colaboró decisivamente Fray Martín»:

El caudal fabuloso de los milagros que durante la vida realizó fray Martín le hicieron acreedor de una fulgurante aureola de santidad ante la que se rendían admirados los más poderosos de la tierra. Y no sólo su acrisolada virtud, sino que también su profunda sabiduría no aprendida, hacía que los más expertos teólogos le consultaran sus tesis sometiéndose a sus respuestas…

Hoy, la santidad de fray Martín, reconocida oficialmente por la Iglesia con los honores de Beato, está abrazando todos los horizontes del mundo en una radiante aurora que nos hace presentir la proximidad de su definitiva glorificación. Mientras llega la hora de que su graciosa estampa de mulato decore con apoteosis de triunfo el pórtico de la Gloria de Bernini y la fachada de las logias vaticanas, él sigue siendo desde el Cielo el taumaturgo que fue sobre la tierra. Y su nombre, por excepcional concesión de la Sede Apostólica, preside como titular muchas parroquias, vicariatos de tierras de misión y hasta algunas diócesis…CLIC AQUÍ para leer el texto completo (una vez en la noticia, si deseas leerlo cómodamente o guardarlo, pica a continuación en la pestaña “Descargar” y/o «Guardar»)

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* El presente enlace tiene como única finalidad ser un material de lectura sobre la vida y devoción a San Martín de Porres. Precisamente por ello, este link tiene exclusivamente por objeto un fin devocional, educativo o de investigación.