Corría el año de 1529 cuando llegaron a esta isla con el propósito de fundar un convento de la orden de Predicadores los hijos de Santo Domingo de Guzmán que tanta gloria habían dado y siguen dando a la Iglesia Católica a través de la conservación y enseñanza de la cultura y bajo el celo apostólico del Santo de Caleruega. Fueron los primeros religiosos que pisaron la tierra palmera Fray Domingo de Mendoza, vicario de la Orden en Canarias, Fray Fernando de Santa María, Fray Pedro Escobar, procedentes del Convento de San Pablo de Córdoba y dos religiosos más cuyos nombres propios no he podido comprobarlo.
Habiendo pedido licencia al Cabildo de La Palma, para ocupar y reedificar la ermita de San Miguel de las Victorias y habiéndola obtenido comenzaron las obras de la edificación del monasterio y arreglo de aquella levantada por el primer Adelantado Fernández de Lugo. Así pues ya en 1530 en los terrenos adquiridos junto a San Miguel se comenzó la obra del que seria el mejor centro cultural de la isla y desde donde algunos llegaron a llenar en sus biografías, honra y grandeza de su tierra.
El emperador Carlos V había concedido su licencia por medio de la Real Cédula de 28 de septiembre de 1538 rogándole al Deán y Cabildo catedralicio de Canarias se les permitiese a los dominicos edificar un monasterio bajo la advocación de San Miguel de las Victorias. El Emperador tuvo que dar una nueva Real Cédula el 10 de febrero de 1540 dirigida al gobernador de Tenerife y al de La Palma don Juan Verdugo para ser informado de la conveniencia o no de la fundación, mientras tanto los dominicos sostuvieron litigio con el Cabildo que se había opuesto y fueron ayudados por los vecinos, principalmente por el noble flamenco don Luis Van de Walle.
Vino a La Palma el obispo de Canarias don Alonso Ruíz de Virnés para poner fin a esta cuestión, haciendo valederas las reales cédulas a favor de los dominicos pasando al sitio ocupado por el monasterio el 10 de junio de 1542 y dando posesión de las obras y de la ermita a Fray Pedro Escobar ante el notario eclesiástico don Diego García.
Por el testamento otorgado por doña María Cervellón el 15 de abril de 1570 ante don Bartolomé Morel manifiesta esta señora que con su esposo don Luis Van de Walle deja cuatro hijos y que uno de ellos tomó el hábito y profesó en dicho monasterio y se llamó Fray Miguel, y que en vida de sus padres han hecho entrega de la herencia proporcional que le correspondía a su hijo y que sumo la fuerte cantidad de mil quinientas doblas. Verdadera fortuna que es lógico suponer fueran invertidas en obras del monasterio y de la Iglesia.
En el interior del convento aún podemos ver el precioso artesonado del techo en madera sobre-dorado, un tanto descuidado por su antigüedad y es en la capilla denominada del Capítulo, fundada por don Pedro de Sotomayor Topete, como asimismo en el interior está la capilla de la Media Naranja por don Felipe de Lezcano y Gordejuela.
La Iglesia fue hecha con amplitud elegante y ricos altares fundados por los Santa Cruz, la Hermandad del Rosario en Van de Walle. Existen en ella espléndidas pinturas flamencas haciendo de esta iglesia un verdadero museo de arte; aunque hoy en general, salvo las pinturas que han sido restauradas, la Iglesia no tiene el cuidado que requieren las obras antiguas tan propicias al deterioro. Del origen de las pinturas no existen documentos fehacientes, desgraciadamente.
El año de 1640 los dominicos se apoderaron del santuario de las Nieves, sin ninguna clase de licencia, con objeto de fundar en aquel maravilloso y recoleto lugar un convento, pero el clero superior y el pueblo les hicieron abandonar la idea. Quizás hubiese sido un bien pero por el camino que tenía que llevar o habiendo llegado a una razonable inteligencia.
El convento poseía gran cantidad de tributos y mandas pías siendo muy importante la dejada por don Cristóbal Pérez Volcán de «seis mil duros». Las principales disciplinas que se explicaban eran Latín, Arte, Filosofía y Gramática castellana.
Por escritura otorgada ante don Francisco Mariano López a 1 de agosto de 1738 el Cabildo cedió al convento 75 fanegadas de tierra en Garafía para sostener los estudios primarlos, al parecer estos estudios fueron un tanto abandonados por parte de los religiosos que el año 1802 siendo síndico personero don Luis Van de Walle y Llarena hizo reclamación al padre provincial.
Por la Ley de Mendizábal de 1836 fue suprimido el histórico convento siendo prior Fray Antonio del Castillo. En 1869 lo remató al Estado don Blas Carrillo Batista. En 1932 lo compró el Cabildo de La Palma con el fin que tiene hoy, la edificación del Instituto de Segunda Enseñanza.
Convento de las Catalinas
Fue fundado por don Alonso de Castro Vinatea y su esposa doña Isabel de Abreu, previa licencia Legado apostólico y del ministro provincial de la orden cediendo para ello su casa cercana al convento de la orden de Predicadores por escritura otorgada a 13 de enero de 1624 ante don Tomás González reservándose para sí y sus descendientes el Patronato, y que no se pudieran admitir monjas en este convento sino de acuerdo con los fundadores, reservándose una plaza para una religiosa pobre que elegiría el patrono.
El convento y su iglesia costaron veintidós mil ducados. El reverendo Fray Bernardo de Herrera, provincial de la orden dominicana, dio licencia a petición de los fundadores para que algunas religiosas del monasterio de Santa Catalina de La Laguna pasaran a hacer la fundación en esta nueva casa. Fueron: Sor María de San Diego, del convento de Santa María de la Pasión de Sevilla, priora; Sor Leonor de la Concepción, sub-priora; Sor Ana de San Pedro Estrada, maestra de novicias y Sor María de San Jacinto y Portera entraron en clausura con algunas .jóvenes de esta Ciudad el 22 de julio de 1626.
A la muerte del fundador, su esposa doña Isabel de Abreu profesó con el nombre de Sor Isabel del Espíritu Santo Abreu y contando ya en 1.669 con treinta y ocho religiosas. Haciéndose por tanto insuficiente solicitó la priora extenderse hacia el poniente hasta la calle de San Miguel, a la cual accedió el Cabildo, costeando la comunidad los gastos del ensanche y desmonte de la calle de las Zarzas a todo lo cual accedió el Cabildo en acuerdo de 25 de enero de 1669 y fue aprobada por el Iltre. corregidor don Juan García Sánchez.
La iglesia se aumentó hacia el norte, y el naciente restándole anchura a la calle de la Luz por acuerdo del Cabildo a 20 de noviembre de 1705 designando a don Juan de Guisla y a don Juan Agustín de Sotomayor para señalar la parte a ocupar de la calle.
Sobre el Patronato de este Convento hubo litigios entre los hermanos Vinatea, don Juan y Fray Cristóbal y don Juan Domingo de Guisla Bot.
Este monasterio fue suprimido el 20 de abril de 1837 siendo abadesa Sor Juana Méndez. Por R. O. de 15 de febrero de 1843 lo cedió el Gobierno al Ayuntamiento para cárcel de partido y actualmente en nueva edificaciones a colegios de enseñanza primaria.
Sin hijos, don Tomás de Sotomayor Fernández de la Peña vendió por escritura otorgada ante don Melchor Torres Luján el 1 de noviembre de 1886 a don Domingo Cáceres Kábana, por valor de quince mil pesetas.
El filántropo don Domingo Cáceres Kábana al no llegar a un acuerdo con el obispo de Tenerife monseñor don Nicolás Rey Redondo para hacer una fundación, se dirigió al obispo de Canarias don José Cueto y Díez de la Maza, tomó con gran satisfacción la idea del señor Cáceres, pues acababa de fundarse la Comunidad de las Dominicas de la Sagrada Familia y siendo también el obispo dominico llegaron a un acuerdo con la madre fundadora Sor Pilar de la Anunciación.
Don Domingo Cáceres Kábana por su testamento otorgado en esta ciudad ante el notario don Aurelio Govea Rodríguez a 26 de junio de 1907 instituye heredera a su finca “La Palmita”, a dicha orden dominicana.
El 20 de febrero de 1908 llega a La Palma la fundadora madre Sor Pilar de la Anunciación, Sor Jesusa del Niño Perdido, Sor Margarita de la Coronación y Sor María Luisa para organizar la fundación que se hizo efectiva el 19 de abril del mismo año con las religiosas Sor Mercedes del Nacimiento, superiora, Sor Ceferina de Santo Domingo, Sor Rosa del Nino Jesús, Sor Amada de la Cruz, Sor Imelda Sambertini y Sor Clemencia de la Oración en el Huerto. Comenzando las clases el 1 de mayo de 1908 con once niñas.
Al hacerse la fundación la casa era completamente distinta a la primitiva que sólo tenía una planta que corresponde a la altura en que hoy esta el segundo piso, era un edificio con seis ventanas en estilo canario y en el extremo norte un pequeño balcón con columnas de madera y tejado, delante de esta casa hizo el señor Cáceres las alegres galerías en dos cuerpos y al centro y a los extremos los tres pabellones salientes.
Los que hemos conocido «La Palmita», hace más de treinta años tenemos de ella el recuerdo de un rincón paradisíaco, la finca de verdes plataneras, cuajada de elegantes palmeras reales, frondosos naranjos y perfumados jardines de rosas, con el embelesador sonido de la cascada de agua bajo la masa sombría de las pomarrosas centenarias.
Hoy todo es distinto, como un proceso biológico la ciudad ha crecido y como consecuencia, la finca, está urbanizada por amplias calles y edificios. El arquitecto padre Coello de Portugal, honra de la orden en España, está terminando un soberbio edificio con magnífica capilla en la que está el sepulcro del fundador, amplias naves para la segunda enseñanza e internado.
Al ver la parte que queda del antiguo colegio nos evoca al recuerdo y al cariño de la madre Agustina, madre Magdalena ya en el cielo y la anciana y siempre afable madre Adela del Salvador.
Manuel Poggio y Sánchez. El Eco de Canarias, mayo de 1970.
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Enlace recomendados:
Historia Colegio de Santo Domingo de Guzmán, «La Palmita». Santa Cruz de La Palma (I)
Historia Colegio de Santo Domingo de Guzmán, «La Palmita». Santa Cruz de La Palma (II)
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