Virgen de la Paloma (Foto: Wikipedia Zarateman)
Es la sola perfecta
que viene del desierto de la vida,
Paloma predilecta…
sin mancha concebida,
por siglos de los siglos bendecida.
Nuestra Señora de la Paloma es una de las advocaciones más populares de la ciudad de Madrid —acaso la que más—. Recordemos que la festividad litúrgica de la Virgen de la Paloma se celebra el 15 de agosto —solemnidad de la Asunción de la Virgen María—. El cuadro de la Virgen de la Paloma, que ha sufrido no pocas vicisitudes, recibe las oraciones y súplicas de los más desfavorecidos y necesitados que buscan ayuda y consuelo; o de aquellos que simplemente quieren rendir un sincero homenaje a la Madre de Dios. También imploran la protección de la virgen madrileña madres que ofrecen sus hijos recién nacidos para que los bendiga y cuide de ellos, guardándoles de las adversidades y brindándoles con el amor filial.
El cuadro tiene un origen y una posterior historia ciertamente interesante. Ya en una ocasión anterior hemos contando de que forma fue «rescatado» por Isabel Tintero, su gran valedora. Acerca del origen del lienzo, que recordemos se trata de una imagen de la Virgen de la Soledad, existen algunas leyendas al respecto: una muy probable es que se basa en una reproducción pictórica de la imagen de La Soledad de la Victoria, obra del escultor Gaspar Becerra; otra, es que pudiera ser el retrato de una monja profesa de un convento de Burgos, el cual fue encargado por su padre antes de que su hija entrara en la clausura con el ropaje que habría de vestir: túnica blanca y manto negro. La monja murió en virtud de santidad y se autorizó la copia de dicho retrato para extender el culto a la Virgen de la Soledad.
Vemos, pues, que la devoción a la Virgen en armonía con la tradición, lejos de una moda o simplemente un bonito nombre, triunfa desde el momento en que los padres deciden tan entrañable nombre para sus hijas. Para todos ellos, a modo de humilde homenaje, dedicamos este precioso fragmento entresacado de la zarzuela «El Barbillero de Lavapiés» (1874):
—¿Por qué la llaman Paloma?
—Porque nací en la calle de este nombre, contestó la joven, y siendo niña, mis compañeras así me llamaron en broma y después del mismo modo han seguido todos llamándome. No me pesa, pues al ver revolotear las palomas por el espacio, me parece que las voy siguiendo, que como ellas tengo alas, y que tendiendo el vuelo llego a las regiones de luz donde mis padres gozan de eterna gloria… Mis padres me abandonaron por la mansión de eterna gloria, pero al morir rogaron a la Virgen santa de la Paloma que velase mi inocencia, que velase mi sueño, y la Madre de Dios no me abandone. A la vuelta de la calle, y casi pared por medio, está la Santa Virgen, y tanto la adoro, tanto rezo, que me parece verla que tiende su manto de estrellas sobre mi cabeza, que su poderosa mano me protege. ¡Bendita seas, Madre del Amor Hermoso, y no abandones jamás a la pobre huérfana!
Con cariño, a las de nombre Paloma
(fraymartinblog.wordpress.com)
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La Virgen de la Paloma (mirando al pasado)
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