A Nuestra Señora del Tránsito
¡Te vas, y en el suelo,
Nos dejas, María!
Llévanos al Cielo
En tu compañía,
No nos dejes, no.
Los cielos se entreabren,
Rásganse las nubes,
Y alados querubes
De níveo fulgor
“Ya es hora, te dicen,
Vámonos a Dios!”
Ígneos serafines
En cuadriga hermosa
Fulgente carroza
Arrastran en pos:
En ella triunfante
Subes al Señor.
Ya surcas el éter
Sembrado de estrellas;
Ya lucen tus huellas
Más allá del sol:
¡Adiós, Madre amada!
¡Reina hermosa, adiós!
Desde el alto empíreo,
De Dios a la diestra,
Vuelve, ¡oh, Madre nuestra!,
Hacia el pecador,
Esas tus miradas
Radiantes de amor.
¡Este triste valle
De luto y quebranto,
Regamos con llanto
De acerbo dolor!
¡Ay!, ¡cuándo veremos
El rostro de Dios!
Cual náufragos tristes
Y en el mar bravía,
Te hallamos, María,
¡Puerto y salvación!;
¡En la eterna playa
Sálvenos tu amor!
Cuando llegue la hora
Postrer de la vida,
¡Ay, Madre querida!
¡Ay Madre de amor!
Guárdanos entonces
En tu corazón!
Y al dejar el valle
De llanto y abrojos,
Y al cerrar los ojos
A la luz del sol,
Haz que los abramos
Para ver a Dios.
P. Julio María Matovelle, O.CC.SS.
Imagen ilustrativa: Nuestra Señora del Tránsito («la Virgen Difunta») y la Inmaculada Concepción de la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción de La Orotava.
* * *
Gozos al gloriosísimo Tránsito, Asunción y Coronación de María Santísima, Señora Nuestra
Debe estar conectado para enviar un comentario.