Gozos al Santísimo Sacramento
Para que mi alma respire
En tu gracia y en tu amor,
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
¡Salve , Santo Sacramento,
Maravilla del amor!
¡Salve, insigne Monumento
De la Gloria del Señor!
Hoy mi alma agradecida
Canta Himnos en tu honor:
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
En la noche de la Cena
En mi pensabas, Jesús,
Y anegado en honda pena
Pensabas en mí en la Cruz.
Tú nunca me has olvidado,
Yo a Ti mil veces, Señor;
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Mientras tu cuerpo precioso
Nos dejabas en herencia,
En un Concilio ominoso
Preparaban tu sentencia.
Y pues sufriste paciente
El ósculo del traidor,
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Por causa de mi pecado
Sudaste sangre en el huerto,
Y tu rostro delicado
Fue de salivas cubierto
Y pues tan grandes afrentas
Las sufriste por mi amor.
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Al ver tus heridas santas
Sangre por mí derramar,
Quisiera, mi bien, tus plantas
Con mis lágrimas regar.
Perdonaste a Magdalena
En premio a su tierno amor;
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Lloró Pedro amargamente,
Porque te negó tres veces,
Y apuró del penitente
El cáliz de amargas preces;
Yo mil veces te he negado,
¿Por qué no lloro, Señor?
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Tus llagas serán el puerto
Que del mal me abrigará;
De mi vida en el desierto
Tu cuerpo será el maná
La Cruz será mi bandera,
Que es del infierno el terror.
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
¡Corazón de mi Jesús,
Jesús de mi corazón!
¡Oh la pasión de la Cruz!
O la Cruz de la pasión!
Quiero compartir contigo
Tus dolores y tu amor,
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Hijo pródigo en el mundo,
Disipé tu santa herencia,
Y manché en el lodo inmundo
La túnica de inocencia.
Hoy vengo, Padre, a pedirte
Una limosna de amor.
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
¡Salve, amable Prisionero,
En los grillos del amor,
De tu pobre carcelero
Divino Libertador!
Yo seré tu centinela,
Mi consigna es darte honor.
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
¡Salve, Principe del cielo,
Que en este trono de amor
Cubres con místico velo
Tu divino resplandor!
Yo será tu cortesano,
Seré tu guardia de honor,
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
¡Salve Prenda de la Gloria,
Testamento del amor,
Que de su muerte en memoria
Nos dejara el Salvador!
Canten ángeles y hombres
Himnos de eterno loor!
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
Para que mi alma respire
En tu gracia y en tu amor,
No me alejes de tu mesa,
¡Oh mi dulce Salvador!
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