Solemnidad del Corpus Christi (Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo)

Saint Martin de Porres Corpus Christi

 Consagración de la Eucaristía en una iglesia de Filadelfia (EE.UU) junto a una escultura en bronce de Fray Martín

La Eucaristía es símbolo  y causa de la unión y la paz de la Iglesia, anticipo y prenda de los eternos deleites del cielo.

Esta fiesta se celebra en la Iglesia Católica para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía, proclamando la precesencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento; Cristo entre nosotros recordándonos su mensaje de amor universal y el triunfo jubiloso de Jesús-Hostia, que jamás encontrará sombra de tristeza. En este Jueves solemne, Cristo nos enseña que su carne es verdadero manjar, que nos une con Él y nos comunica su vida divina, prenda de inmortalidad: Hoy sentimos al Señor presente entre nosotros a través del sacramento de su amor generoso. Que también nosotros seamos presencia constante y benefactora en favor de la causa del bien humano, su causa.

Corpus Christi

Oración al Santísimo Sacramento

Te doy gracias Señor Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno porque aunque soy un siervo pecador y sin mérito alguno, has querido alimentarme misericordiosamente con el cuerpo y la sangre de tu hijo Nuestro Señor Jesucristo.

Que esta sagrada comunión no vaya a ser para mi ocasión de castigo sino causa de perdón y salvación.

Que sea para mi armadura de fe, escudo de buena voluntad; que me libre de todos mis vicios y me ayude a superar mis pasionres desordenadas; que aumente mi caridad y mi paciencia mi obediencia y humildad, y mi capacidad para hacer el bien.

Que sea defensa inexpungable contra todos mis enemigos, visibles e invisibles; y guía de todos mis impulsos y deseos

Que me una más intimamente a ti, único y verdadero Dios y me conduzca con seguridad al banquete del cielo, donde tu, con tu hijo y el Espíritu Santo, eres luz verdadera, satisfacción cumplida gozo perdurable y felicidad perfecta.

Por Cristo, Nuestro Señor

Amén

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Enlaces recomendados:

Solemnidad del Corpus Christi (EWTN)

Los Santos y la Eucaristía

Ermita de San Martín de Porres (El Paso, La Palma)

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Ermita San Martín de Porres en el barrio de El Barrial de Abajo, municipio de El Paso (isla de La Palma).

Un lugar donde se materializa la naturaleza en su esplendor: la espiritualidad, el recogimiento, el buen trabajo del hombre y la labor bondadosa del Señor. Qué gozo de los vecinos y de San Martín disfrutar y honrar, respectivamente, un paraje tan bonito en un marco incomparable. La ermita, situada a las faldas de la montaña del pico Bejenao, en el borde sur del Parque Nacional de la Caldera de Tabueriente, fue construida en acción de gracias por D. Armando Rodríguez Rodríguez con ayuda de su familia y la colaboración de los vecinos del lugar, especialmente de Doña Rosa Flores, Don Sergio Rodríguez y Don Amanción López que cedieron gentilmente los terrenos. La feliz inauguración tuvo lugar en 1987. Este templo destaca, además, por ser el único de la isla donde todas las confesiones cristianas pueden celebrar su culto (la comunidad anglicana es una de ellas, celebrando una misa semanal en la ermita). También suele ser utilizada por la comunidad católica para convivencias y ejercicios espirituales.

Asimismo, cerca de la ermita de San Martín, entre pinos y con el arrullo de la suave brisa, se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Pino. La tradición cuenta que la imagen de la Virgen apareció en el tronco de un centenario ejemplar de pino canario que se mantiene en el mismo lugar, y que durante siglos ha dado cobijo a los caminantes que buscan su sombra. Esta pequeña talla de la Virgen del Pino —la original— aún se conserva en la ermita dentro de una urna. Cada tres años se realiza una romería y bajada en su honor.

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El Barrial de Abajo celebra su día grande de fiesta el sábado siguiente a la festividad de San Martín de Porres. Todos los actos transcurre en torno a la «Bajada de San Martín». A la Santa misa le sigue una procesión con la venerada imagen. A continuación, los asistentes disfrutan de un almuerzo y actuaciones musicales para amenizar la tarde. Todo un día para honrar, en comunidad y armonía, a Fray Martín. Definitivamente, una ermita con una preciosa historia:

La historia comienza en el año 1954. Armando Rodríguez Rodríguez, un vecino de la zona de El Barrial, en El Paso, se decidió a emigrar a Venezuela para huir del hambre y labrarse un futuro mejor, como muchos otros palmeros. Ese cabrero, que desde su niñez cuidó ganado, encontró en el monte, justo antes de partir, a sus 15 años, una pequeña figura de un santo con la piel oscura, San Martín de Porres, para él desconocido hasta entonces. Antes de irse se lo entregó a sus familiares (sus tres tías), que, durante su ausencia, lo colocaron en una pequeña capilla improvisada en el lugar en donde se localizó la pequeña talla, una estructura que aún se conserva tras varias restauraciones. Armando prometió que a su regreso, de encontrar algo de fortuna en su aventura, le construiría una ermita al santo…(Maikel Chacón, periódico El Día, 14 de diciembre de 2008. Extracto)

Historia completa: click aquí

Fotos: José J. Santana

Fray Martín y Dios

Fray Martín y Dios

El Señor se regalaba con su hijo Martín. Pocos siervos de Dios han sido favorecidos de Cristo con tan exquisita finura. En aquellos tiempos de tan poca frecuente comunión él comulgaba tres veces por semana. Después se escondía bajo una escalera, o en la sala capitular y se le pasaban las horas en hondo éxtasis. Había que ordenarle por obediencia volver a la vida normal. Ayudaba todas las misas que podía, y no soltaba el santo rosario de sus manos morenas. Todo el día estaba sumergido en Dios. Sus mortificaciones, y las terribles disciplinas que varias veces al día se infligía entre insultos a su persona eran voz común entre sus hermanos. De una castidad angelical, nadie pudo notar en él que la desdorara…

…Desde el cielo Martín de Porres continúa su labor de bendición. Principalmente sobre el Tercer Mundo, compuesto de esta innumerable muchedumbre de sus hermanos de raza y de sangre, que padecen hambre, golpeados por las setentas plagas de la miseria universal. En la gloria de Bernini, Martín de Porres va a ser una nota pintoresca de “color”. En su carne morena Dios se ha volcado en un alma angélica, condenando con la manifestación de sus beneficios ese horrendo crimen humano que se llama discriminación racial. El Señor, como en su Madre bendita, hizo también en aquel humilde mulatico, maravillas. En San Martín de Porres se une África y Europa en este cemento de nuestra raza latinoamericana, que queda canonizada en él.

Juan M. Ganuza, S.J. (de «San Martín de Porres, el Santo del Tercer Mundo»)

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Enlace recomendado: Fundación Centro Gumilla

Artículo relacionado: San Martín de Porres en África

Festividad de San Francisco Coll y Guitart, O.P.

Padre Francisco Coll

“Todas las virtudes os recomiendo, pero de manera especial la caridad, la caridad, la caridad”.

San Franciso Coll y Guitart, Gombrèn (Girona), 18 de Mayo de 1812 -† Vic/Vich (Barcelona), 2 de Abril de 1875. Nace en el seno de una humilde familia de cardadores de lana. Su padre muere al poco de nacer Francisco, y su madre lo educa en una verdadera piedad cristiana. Muy joven entra a estudiar al seminario de Vic, donde obtendrá una sólida formación teológica. Durante su tiempo libre trabaja en una masía para obtener así algunos ingresos. Los biógrafos hablan de un personaje desconocido que en la calle le dice: “Tú, Coll, debes hacerte dominico”. En 1830, decide ser fraile predicador, dominico. Y lo será en el convento de la Anunciación de Girona, con alegría y siempre servicial. Ya presbítero profeso de la Orden de Predicadores, fundó la Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata para promover la educación de la mujer en una sociedad que mostraba mucha desigualdad de género. Los Colegios de la Anunciata serán lugar ideal de propagación evangélica y de sólida formación humana. Sacerdote de profunda y firme vocación, predicó de manera ejemplar el nombre del Señor Jesucristo modelando su existencia a la de Jesús. Ejerció durante la llamada «desamortización de Mendizábal» como misionero por Cataluña, formando equipo con San Antonio María Claret —en un grupo llamado Hermandad Apostólica— con el fin de desarrollar un amplio plan de evangelización de la sociedad. También nos dejó una importante obra escrita relativa al Rosario («La hermosa Rosa») y a su devoción (El Rosario perpetuo). El rezo del Santo Rosario fue la devoción especial del Padre Coll durante su vida y la inculcó a todos: “el rosario me sirve de libro y de todo”, solía decir. El P. Coll fue, en este sentido, un hombre de oración, buscando en ella la fuerza de su acción apostólica y su eficacia. Movía a las almas a un sentimiento de confianza, de fe profunda en la misericordia de Dios, y a la esperanza del perdón y de la salvación.

«¡Oh Rosario! Tu eres un libro, breve si, pero que enseña lo más santo y lo más sagrado de nuestra Religión, tu eres un arca que ocultas un tesoro riquísimo digno de que todos los hombres lo busquen con gran ansia, tú ere un regalo del Cielo que nos descubres los elementos de la Religión, los principios, los motivos, y la práctica de todas las virtudes, tú nos enciendes en caridad, y amor hacia aquel dios que tanto se dignó hacer y padecer por nosotros: Tu despiertas a los somnolientos, caldeas a los tibios, empujas a los perezosos, sostienes a los justos, conviertes a los pecadores, reduces o confundes a los herejes, espantas al demonio, haces temblar al infierno o, por decirlo mejor, eres una devoción que incluyes y contienes todas las demás devociones»…»

P. Francisco Coll, O.P.

La última etapa de la vida del P. Coll estuvo consagrada de modo muy especial a echar los cimientos, a consolidar y difundir su Congregación de Dominicas. Murió en Vic el 2 de Abril de 1875, fiesta de su patrono San Francisco de Paula, tras una prolongada convalecencia por un ataque de apoplejía. En 1888, sus restos fueron exhumados y trasladados a la Casa Madre de la Congregación, situada en Vic. Los testimonios de la calidad humana y cristiana de la vida de Francisco Coll fueron numerosos. Además, procedían de todo tipo de personas que le conocieron: unos fueron testigos de su vida y de su misión evangelizadora, otros de su actividad pastoral o de su fidelidad religiosa. El 29 de abril de 1979 fue solemnemente beatificado en Roma por el Papa Juan Pablo II. Y el 11 de Octubre de 2009, trentiún años después de ser proclamado beato, es canonizado por el Papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro junto al Hermano Rafael Arnáiz o Sor Juana Jugan (Marie de la Croix), entre otros. Su fiesta litúrgica se celebra el 2 de Abril y el 19 de Mayo en el calendario de la Orden de Predicadores (Dominicos).

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Oración a San Francisco Coll y Guitart

San Francisco Coll, Servidor de la Palabra,
renueva en mi persona tu espíritu de servicio
a la manera de Cristo.
Conduce mi vida por el camino de la compasión
para llevar el consuelo a tantas víctimas del  desamor.
Fortalece mi ilusión de ser como fuiste:
una señal del amor de Dios entre los hogares y vecindarios,
necesitados del pan de comer y el pan del saber.
Que la santidad de tu vida me inspire
a humanizar la sociedad del nuevo siglo,
urgida de acciones que eduquen
para el diálogo, la paz y la solidaridad.

San Francisco Coll,
ejemplo de coraje  para asumir con insistencia
la  llamada de Jesús
y la proclamación de su Palabra,
ayúdame a enfrentar con sabia decisión
los desafíos de estos tiempos
con la fuerza que lo proclamaste
cuando quedaste ciego,
en el último tramo de tu vida:
“Que para enseñar a otro la humildad
se debe ser humilde;
que para enseñar la caridad
debe practicarla el que la ha de enseñar;
que los hombres creen más fácilmente lo que ven los ojos
que lo que escuchan por los oídos”.

En comunión con los hombres y mujeres
que como vos, San Francisco Coll,
vieron con los ojos del alma
la novedad del Evangelio,
le damos gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
por el reconocimiento  de la Iglesia
al testimonio de tu vida y misión.

Pedimos tu  gloriosa intercesión
por la obra de la Anunciata
en todos los pueblos y aldeas del mundo. Amén.

Hnas. Dominicas de la Anunciata (enlace)
C/ La Granja, 5
28003 – Madrid (España)

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Enlace relacionado: Bicentenario del nacimiento del Padre Francisco Coll y Guitart

San Martín de Porres: El tacto de la caridad

caritativo

Fray Martín fue un pionero del Trabajo Social

En épocas de calamidades, como inundaciones, terremotos, epidemias u otras catástrofes, Martín solicitaba ayuda especial y urgente de sus habituales benefactores y de la gente en general. No sólo se limitaba simplemente a aliviar las necesidades materiales, sino que también procuraba acercar las almas a Dios. Martín evitaba juzgar a los que ayudaba, por eso nunca supo de los confusos detalles del moderno trabajo de caridad, estableciéndolo en su fundamental sencillez, animado y movido por el amor a sus prójimos por amor a Dios. Él era muy ingenioso en la distribución de sus fondos de caridad, gastando prodigiosamente hasta el último céntimo con los pobres conforme a sus necesidades particulares, y no dejando que su obra de caridad llegara a ser fría e impersonal.¹

Fray Martín se entregó de manera sacrificada y alegre a todos los necesitados sin distinción. También asistía a los «nuevos pobres», personas o familias acostumbradas a una vida acomodada, que de repente se quedaban en la miseria y se avergonzaban de mendigar. Martín nunca creyó que los pobres y ricos fueran enemigos entre sí. Creía que algunos eran ricos para poder mostrar y compartir el amor de Dios y su providencia ayudando a los pobres.

tacto de la caridad

Su cesta simboliza el servicio personal a los demás por amor a Dios

Martín continúa transmitiendo a las generaciones la urgencia de espiritualizar y vivificar nuestro concepto de la caridad. Pone el énfasis en el individuo más que en el método de facilitar la ayuda. En contraste con nuestro moderno concepto del servicio social impersonal.²

Oh, San Martín de Porres, danos la fe que te enseñó a triunfar para que a pesar de los sufrimientos, enfermedades y fatigas, seamos testigos del amor sencillo y humilde de Dios entre los más necesitados. 
 
(1) y (2).- Entresacados del libro «San Martín de Porres», de Leo Gainor, O.P.

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