Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, la gracia que necesito, pongo en tus dulces manos. Oh Bendito Niño, mi Dios y Señor: Tú serás el dueño de mi corazón.
El Niño Jesús es una devoción cristiana a la figura de Jesucristo en su más tierna infancia; en sus primeros años de niño, años de hermosa inocencia y pura esencia de vida. Representa al infante Jesucristo, cuyo nacimiento conmueve al mundo con gran júbilo; y cuya majestad divina, encubierta con miembros infantiles, nos halaga y acaricia cuanto más nos acercarnos a su presencia. La devoción al Niño Jesús se ha extendido universalmente. En muchos lugares del mundo existen imágenes del Santo Niño a las que acuden peregrinos, de todas las clases y condición, a adorar a Jesús en la forma de un pequeño infante con recogimiento y fe, en acción de gracias y en busca de ayuda a sus necesidades. Su festividad varía dependiendo del lugar y de la advocación. Algunas devociones admirables hacia el Niño Jesús son las siguientes:
El Divino Niño Jesús, manifiesta en su naturaleza humana el amor de niño, puro y sincero. Se representa vistiendo una sencilla túnica rosada, con un cinturón verde y sus pies descalzos. Su devoción se encuentra muy extendida en América Latina (Colombia -Santuario del Divino Niño del Barrio 20 de Julio, en Bogotá- y Venezuela, entre otros) y España. Su fiesta principal es el 20 de Julio y, en algunos lugares, primer domingo de Septiembre.
El Santo Niño de Praga, manifiesta la realeza de Cristo como Rey del Universo. Se le representa comúnmente portando en su mano izquierda un globo terráqueo, y la mano derecha -Dextera Domini- en actitud de bendecir como medio de exaltación de la humanidad de Cristo. Santa Teresa de Ávila introdujo esta particular devoción del Niño Divino en sus conventos, tanto por sus experiencias místicas como por sus escritos, y a partir de ellos se expandió por toda España, Europa, y después por el mundo a través de los religiosos de la Orden de los Carmelitas. A la talla de estas imágenes se dedicaron infinidad de escultores, destacando las obras maestras realizadas por Pedro de Mena, Martínez Montañés, Juan de Mesa o Luisa Roldana.
El Niño de Praga tiene una curiosa historia con origen canario. Una copia de una imagen del Niño de la Bola de la Iglesia de Santo Domingo de Las Palmas de G.C. fue llevada a Praga por una joven, apellidada Manrique de Lara, como dote para su matrimonio con un aristócrata checo. Con el tiempo, esa imagen se convertiría en el famoso Niño Jesús de Praga que se da culto en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, en el barrio de Malá Strana (Praga).
«Dentro de un año vendrá Doña Isabel Manríquez de Lara, a quien se la daréis, quien a su vez se la entregará a su hija como regalo de bodas, quien la llevará a Bohemia y de la capital de aquel reino será llamado -Niño Jesús de Praga- entre los pueblos y naciones. La gracia, la paz y la misericordia descenderán a la tierra, por El escogida para habitar en ella, el pueblo de aquel reino será su pueblo, y El será su PEQUEÑO REY».
Asimismo, en la iglesia de San Francisco de Asís en Santa Cruz de Tenerife, se venera una réplica del Santo Niño de Praga. Y también en la capital santacrucera, en la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán (perteneciente a los Carmelitas que, como hemos comentado anteriormente, es una orden religiosa históricamente vinculada a la propagación de esta devoción del Niño Jesús), se encuentra establecida la Cofradía del Niño Jesús de Praga. Su fiesta principal se celebra el primer domingo de Junio.
El Santo Niño de Atocha se relaciona su origen con Nuestra Señora de Atocha, en Madrid. Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII, en sus famosas «Cántigas» ya hace mención del Santo Niño. Se le representa vestido de peregrino joven. Lleva un sombrero y una capa muy recargada, y porta una cesta llena de pan en una mano y un bastón de peregrino «con la concha de Santiago» en la otra. Su fiesta principal es el 25 de Diciembre. Su devoción es muy popular en países de América Latina (en México se encuentra su santuario principal), España (Basílica de Nuestra Señora de Atocha, Madrid) y Filipinas.
Otra devoción conocida, principalmente en Asia, es la del Santo Niño de Cebú (Filipinas), cuya imagen original fue llevada hasta aquellas tierras por Fernando de Magallanes en 1521. En Italia es destacable la del Santo Niño Jesús de Aracoeli, una pequeña imagen de madera que se venera en la Basílica de Santa María en Aracoeli (Roma).
También en España, concretamente en Toledo, es popular la leyenda del Santo Niño de la Guardia. Respecto a Canarias existen dos devociones importantes: el Santo Niño de los Afligidos, en el Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna; y un lienzo del Santo Niño Jesús Enfermero en la iglesia de San Francisco de Asís de Las Palmas de G.C.
Benedicto XVI hizo hincapié en que del Niño Jesús mana el amor de Dios hacia todos los hombres sin distinción, por lo que cada ser humano es nuestro hermano y como tal lo debemos acoger y respetar: «¡Pueda nuestra sociedad comprender esta realidad! Cada persona humana sería así valorizada no por lo que posee, sino por lo que es. Pues en el rostro de todo ser humano, sin distinción de raza y cultura, brilla la imagen de Dios. Ello vale sobre todo para los niños».
Oración al Niño Jesús
Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño:
Te amo tanto, Tu lo sabes, pero quiero amarte más, amarte hasta morir.
Ven a mí, Niño Jesús, ven a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecado.
Ven a mi, Niño Jesús, ven a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados.
Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre. Aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu Cetro poderoso me defiende, Tu Bondad y Tu Misericordia me acompañarán todos los días de mi vida.
Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste; tuya es mi alma pues la redimiste en la cruz con el precio de tu Sangre.
Te proclamo como mi Salvador y mi Amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor. Te adoro como a mi Dios y Soberano Señor.
Demuéstrame una vez mas que me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Un minuto con el Divino Niño Jesús
¡Bendíceme Divino Niño Jesús!
Y ruega por mí sin cesar.
Aleja de mí el pecado hoy y en todo momento.
Si tropiezo, tiende tú mano hacia mí.
Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.
Si me dejas Divino Niño, ¿Que será de mí?
En los peligros del mundo, asísteme.
Quiero siempre vivir y morir bajo tu mano.
Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, ¡No me dejes Jesús mío!
Y, al final, recíbeme y llévame junto a Ti.
Divino Niño Jesús,
Que tu bendición nos acompañe siempre. Amén. Aleluya. (Gloria al Padre).
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Historia y Devoción al Santo Niño de Praga
Divino Niño Jesús
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