Virgen de Akita (Akita, Japón)
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados; líbranos del fuego del infierno; lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
Akita es una continuación de los mensajes de la Santísima Virgen María advirtiéndonos de las consecuencias de vivir sin Dios; pero a su vez, lleva consigo un mensaje de salvación y esperanza para la humanidad. La milagrosa imagen, símbolo de tan extraordinario acontecimiento, está inspirada —es ciertamente importante este rasgo—en Nuestra Señora de Todos los Pueblos como Corredentora (una aparición de la Santísima Virgen en la ciudad de Ámsterdam, Holanda, en el año 1945) pero dándosele rasgos orientales en su rostro. La misma había sido encargada por la superiora de un convento, a finales de la década de los sesenta, en agradecimiento por la curación de una de las novicias del claustro.
En el año 1973, la hermana Agnes Katsuko Sasagawa recibió tres mensajes —el primero de ellos un 12 de Junio del citado año— a través de una talla de madera de la Virgen María que le hablaba con una voz de belleza indescriptible. La imagen, que emanaba un delicioso perfume, lloró ciento y una veces en el transcurso de varios años (desde el 4 de Enero de 1975 hasta el 15 de Septiembre de 1981). Posteriormente se hicieron públicos algunos hechos sobrenaturales o milagrosos producidos por intercesión de la Virgen. Entre otros, la hermana Agnes sufrió estigmas en la palma de su mano derecha y, a su vez, la palma de la mano derecha de la talla también sangró de una herida en forma de cruz. Fueron cientos de personas los que presenciaron estos hechos: quiera la Santísima Virgen que estos milagros hayan sido el comienzo de una gran abundancia de gracias espirituales para el País del Sol Naciente.
El día que comenzó la lacrimación, el ángel se apareció a sor Agnes Sasagawa y le dijo:
No te sorprendas de ver a la Santísima Virgen María llorar. Una sola alma que se convierta es preciosa a su Corazón. Ella manifiesta su dolor para avivar vuestra fe, siempre tan inclinada a debilitarse. Ahora que habéis visto sus preciosas lágrimas, y para consolarla, habla (de esto) con valor, extiende esta devoción, para su gloria y la de su Hijo»
Nuestra Señora de Akita habló también del Rosario y de la “Señal dejada por mi Hijo”, como fuentes de consuelo para el período de expiación que todavía está por sobrevenir a la humanidad. En Abril de 1984 se produjo la aprobación eclesiástica de las lágrimas de la imagen y los mensajes de la Virgen, y se autorizó la veneración de la Virgen de Akita. En Junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.
Oración dictada a Sor Agnes por la Virgen de Akita
Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Santa Eucaristía, te consagro mi cuerpo y alma para ser enteramente uno con Tu corazón, sacrificado cada instante en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, implorando por la venida de Su Reino.
Ruego que recibas esta humilde ofrenda de mi ser. Utilízame como quieras para la gloria del Padre y la salvación de las almas.
Santísima Madre de Dios, no permitas que jamás me separe de tu Divino Hijo. Te ruego me defiendas y protejas como tu hijo especial. Amén.
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Historia de Akita y aprobación eclesiástica. Mensajes
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