El crucificado

Cristo Crucificado, de Luis Salvador Carmona (Museo del Prado)*

El crucificado
Probé, sí, muchos caminos
perdido y desesperado;
sin encontrarme a mí mismo.
¡Mi alma estaba agonizando!

Después me acerqué a tu templo
y me arrodillé a tu lado;
¡alcé mi vista a tus ojos:
que con los míos cruzaron!

Y miré tu rostro hundido
y tu cuerpo ensangrentado;
y la expresión de tu cara,
que a mí me estaba gritando.

¡No busques más, hijo mío!
que por ti estoy crucificado,
y me encuentro en esta cruz
con el cuerpo maltratado.

Quiero acabar con las penas
redimiendo los pecados:
Muchos, como tú, perdidos
llorando me están buscando.

Imagen: imagen autorizada para publicaciones sin fines de lucro, sitios web personales, blogs y medios sociales.