A la espera la Resurrección

A la espera la Resurrección

Cubriendo con su lúgubre manto
la noche en su negra esfera,
inquieta a mi alma que espera
afanosa elevar su canto.
Mirando hacia la fría tumba
donde el cuerpo descansa,
de Aquél que es mi esperanza,
mi corazón inquieto retumba.
Esperando ver el resplandor
que saldrá de la fosa mortuoria
y manifestará la gloria
del Resucitado, el Salvador
Parece que el tiempo se para
y la ansiedad se quiere desatar;
el hecho, que será un avatar,
una gran fiesta nos depara.
El silencio de la velada
muestra una calma aparente;
mas, la fuerza del Omnipotente
en el Cielo es aclamada.
Porque a su Hijo resucitará
exaltándolo por su gran amor,
y en medio de celestial clamor,
como Señor lo proclamará,
El tiempo de Dios ha llegado,
Su designio será ya cumplido;
la gran roca ya han movido,
la tumba se ha iluminado.
Jesucristo emerge vencedor
en el suceso más portentoso,
en el que el Dios Poderoso
manifestó su gran esplendor
A todos hoy nos advierte
“no buscar entre los muertos
al que vive”, y estar atentos,
porque hoy, aquí, está presente.
¡Regocijémonos, hermanos!,
ante semejante prodigio,
que nos trae el beneficio
de que ya nunca perezcamos.
Rasgando el velo de la obscuridad,
Emergió glorioso y triunfante;
Señoreando sobre la fragilidad,
Ungido cual soberano reinante;
Como su dueño en exclusividad,
Impera sobre la vida, boyante.
Traspasó, con su divina potestad,
Obviando, el umbral de la muerte.

Francisco Javier Cruz Luna