Sombra del destino

Sombra del destino

Llevo mi muerte a cuestas como un peso profundo
que me inclina, implacable y constante, a la tierra;
cruzo por los caminos deseados del mundo
y soy raíz, que en viento y delirio se encierra.

Voy paso a paso, solo a la muerte avanzando,
la muerte que conmigo llevo haciendo camino;
cada aurora que vivo, se asoma despertando
de la niebla que envuelve, sin forma mi destino.

Siento en la carne el torvo aguijón del deseo
que empuja al infinito, que recrea la vida
y en el que, inagotable, todo un futuro creo
que le derrama libre como sangre de herida.

Del pasado, me llega el dolor del presente
en el que arde el fracaso y muere la esperanza
y el tiempo me domina, inquieto e impaciente
como algo deseado y que nunca se alcanza.

Y solo el fin, me atrae. Un sueño sin aurora
en el que quedará voz, sonrisa y anhelo,
sueño que hará infinita la sombra de una hora
sin palabra, sin ansia, sin lucha y sin consuelo.

                         Juan Lacomba