¡Ay! de Jesús Nazareno

¡Ay! de Jesús Nazareno

En un portal de Belén
yace Jesús Nazareno.
—Tibio rayito de luna
en una noche de truenos—
La Virgen Madre lo mece
con amoroso contento.
—Rubio manojo de espigas
curvado al soplo del cierzo—
por un camino de olivos
vienen los Reyes urdiendo,
en un telar de ilusiones
regios castillos al viento.
«El Niño Dios ha nacido
dicen los Reyes ingenuos,
ya no habrá niños descalzos
ni corazones perversos.
Ya no habrá pueblos vencidos,
ni esclavos blancos y negros…
¡El corazón de las Hostias
late en su dulce Evangelio!».
La nueva, corre que corre,
corre veloz como el viento;
entra al palacio de Herodes,
queda en el aire en suspenso.
¡Ay! de los tiernos infantes
¡Ay! de Jesús Nazareno
¡Ay! de los pueblos vencidos
¡Ay! de los Reyes ingenuos …
Tras un rebaño de ovejas
viene un pastor repitiendo:
«El Niño Dios ha nacido»,
y sopla feliz de su cuerno.
«El Niño Dios ha nacido
venid pastores a verlo.
Coged los pavos más gordos,
cargad los pollos más tiernos…
que el Niño Dios nos aguarda
en un establo del pueblo».
La nueva, corre que corre,
corre veloz como el viento;
entra al palacio de Herodes
queda en el aire en suspenso.
¡Ay! de los tiernos infantes
¡Ay! de Jesús Nazareno
¡Ay! de los pobres pastores
¡Ay! de los Reyes ingenuos.

       Gioconda Bertioa