Soneto en la dulzura innumerable de María

(Al paso de Nuestra Señora de los Dolores, escultura de Lujan Pérez)

Soneto en la dulzura innumerable de María

Es dulce tu puñal, dulce María,
y su punta me hirió tan dulcemente,
que la quiero clavada eternamente;
deme dolor la dulce Poesía.

Hiéreme más, oh dulce Madre mía,
hiéreme el pecho, hiéreme en la frente,
que a más puñal tu mano inmensamente
versos en luz eterna me daría…

Oh Madre dulce, el lírico secreto
del puñal que me hiere y me da vida
hácese ya dulzura de soneto

por el dulce milagro de la herida.
¡En tu panal, oh Madre —graves, tersos—,
mi Vía-Crucis de catorce versos! 

               Luis Doreste Silva

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