A María Micaela del Santísimo Sacramento
Casta Virgen, de Cristo enamorada
oculto en la Sagrada Eucaristía;
tu amante corazón allí aprendía
cuál es la caridad más acendrada.
Por el Pastor divino aleccionada
y con la antorcha de la fe por guía,
tu existencia empleaste noche y día
en buscar la ovejuela extraviada.
Desdeñaste del mundo los honores
por seguir a Jesús crucificado
y sufriste improperios y dolores;
pisaste mil abrojos punzadores
luchando contra el mundo y el pecado,
por dar gloria al amor de tus amores.
¡Mártir de caridad; blanca paloma!…
huyó la noche;… el sol radiante asoma…
Los querubes en cántico armonioso
—¡Mirad—repiten—a la esposa amada!…
Vedla feliz, y con laurel glorioso
por el Rey de los cielos coronada.
Y aquí en la tierra un eco misterioso
cual cefirillo leve
aclamarte parece rumoroso,
maravilla del siglo diecinueve.
D.S.B.
(La autora de esta poesía, consagrada a Dios en el retiro de un claustro, ha preferido no revelar su nombre).
María Micaela del Santísimo Sacramento murió el 24 de agosto de 1865 y su memoria se celebra el 15 de junio, aniversario de sus votos perpetuos.
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Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, la Santa de la Eucaristía
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