Ha terminado el año, comienza el otro año y son, por tanto, días de reflexión y de buenos propósitos:
BIENAVENTURADOS los tolerantes.
BIENAVENTURADO quien sabe mirar a los otros con los ojos de un amigo, y acoge a cada persona sin prejuicios de cultura, reflexión o raza.
BIENVAVENTURADO quien se empeña en vivir en armonía con sus familiares, vecinos, compañeros, extranjeros, superando las inevitables dificultades propias de las relaciones humanas
BIENAVENTURADO quien no guarda rencor, no da importancia a palabras y gestos desagradables, y no obliga a otros a vivir según sus criterios.
BIENVENTURADO quien se comunica con dulzura y escucha las razones de los demás, sobre todo, las de los más débiles.
BIENAVENTURADO quien es tolerante consigo mismo y convive, serenamente, con sus propias limitaciones y con las de los demás.
BIENAVENTURADO quien estimula el bien, para construir un mundo en el que cada uno puede sentirse a gusto.
BIENAVENTURADO quien acoge el valor de las diferencias que caracterizan a cada hombre y a cada mujer de nuestro planeta, porque esas diferencias muestran el “Nombre” con el que Dios nos llama a cada uno de nosotros.
DICHOSO quien cultiva en su corazón un sueño, según el cual, al dejar salir los colores de nuestra diversidad, se verá aparecer en el cielo un gran arco iris, en señal de fraternidad y de paz, que vestirá de luz y de fiesta al mundo.
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