Ráfagas martinianas en la Navidad

1

 Viví para quien me necesitó

Su caridad, avivada por una piedad y devoción nada comunes en sus pocos años, le perfeccionaba cada vez más en su oficio para servir mejor a los necesitados.

2

 Cuando me llama mi hermano, me necesita Dios

Y se disponía con oración, caridad y servicio para la misión a que Dios le destinaba.

3

Escogí la humildad y encontré el amor

En su corazón ardieron tres pasiones: la caridad, particularmente con los pobres y enfermos; la penitencia más rigurosa que él estimaba como el «precio del amor». Dando aliento a estas virtudes: la humildad.

5

El testimonio de su vida era la mejor predicación

A él va nuestro himno de alabanza con esta plegaria: Alabemos a los varones gloriosos, que los pueblos cuenten su sabiduría y la Iglesia anuncie su alabanza. Que la luz de su vida alumbre a los hombres por el camino de la justicia social cristiana y de la caridad universal sin distinción de color o raza.

Ilustraciones de M. Zamora

Del almanaque de 2008 del Secretariado San Martín de Porres – Amigos de Fray Martín

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