AMOR-DEI

AMOR-DEI
El infinito se miró a Sí mismo:
Se conoció: era inmenso, sin fronteras…
Y su infinito y fiel Conocimiento
fue –Dios Hijo– su Verbo, Eterna Idea.

Y al conocerse, amóse:
y fue su Amor –Amor de Dios– su Esencia,
que con alas de nívea Paloma
entrelazó sus Sienes sempiternas.

¡Dios se amó! Y al amarse, de sus ojos
–puro gozo hecho luz– brotaron perlas,
que el beso de sus labios
tradujo en impalpables gotezuelas…

¡gotezuelas de aljófar que han formado
los mundos que el azul del éter pueblan!

José Castor Quintana Sánchez (1948).