Dios Padre, tú nos quieres a todos

Dios Padre, tú nos quieres a todos

Me cuesta, Padre, imaginarte, como juez duro,
porque sé que nos amas incondicionalmente,
que aceptas todas nuestras debilidades,
que conoces nuestras incongruencias
y con ellas nos quieres y nos impulsas al amor.

Yo sé que tú no cuentas la vida por los ritos,
que quieres que vivamos contigo una historia de amor,
para dinamizarnos, para sacarnos de la rutina,
para entusiasmarnos y llenarnos la vida de ilusión.

Tú, Padre, aportas salud a nuestra historia personal,
llenas de plenitud nuestra mediocridad frecuente,
nos perdonas una y mil veces, o setenta…
y nos haces tuyos en los buenos y malos ratos.

Tengo la seguridad de tu amor incondicional
y eso me basta para vivir la vida seguro y fascinado,
contigo, con tu gente, con tu Iglesia y con tu Amor.

Mari Patxi Ayerra