Soneto de la esperanza
De mi cima sin luz de primavera,
con vestigios de flores abrasadas,
como perlas las horas despeñadas,
van rodando silentes, sin espera.
El sentimiento oculto se acelera
hollando las heridas enraizadas;
si de amor con delicia perfumadas
son la miel de una dicha pasajera.
Van rodando las horas. No descansa
la rueda melancólica y severa,
su ritmo de dolor y servidumbre.
Tu mirada de luz es agua mansa,
es promesa segura no quimera,
de un dorado vivir sin pesadumbre.
Jerónima Socías Florit
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