Soledad amarga, dulce soledad

                               Soledad

Soledad. Soledad cantada por tantos poetas.
Soledad amarga, dulce soledad,
porque tú eres, a ratos amarga, triste, negra, ingrata…
y, a veces tan suave, tan dulce,
tan queda y amable…
De Dios instrumento en su inmensa obra de santificar
siendo tú, en su diestra,
cual diente de acero,
desgarra del alma vicios y miserias;
que así, sola ella, palpe que es la nada, sienta su impotencia.
¡Oh alma que llegas a sentirte presa de esta soledad!
humildad profunda sacarás de ella
y esta será base de tu santidad.
Llegarás, pasada la prueba,
y aún estando en ella,
a bendecir la diestra que así, tan cruelmente
te hiere, te pena.
Designios de amor son los que ella encierra.
Soledad
luego tan amable cuando el alma vuelve la luz y la paz,
entonces, en ti sumergida, te busco y te busco,
sola, sola, sola
yo quisiera estar.
Que me dejen sola todas las criaturas
que aquí, en soledad habla Dios al alma…
«Sola con Él solo», dulce soledad…

Sor María Esclava, O.P.

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