El arrorró
Guardo muchas canciones en la memoria
pero en el alma llevo tan sólo una:
aquella cuyas notas saben a gloria,
la que cantó mi madre junto a mi cima.
Aquella cuyas frases van impregnadas
del cadencioso arrullo de las palomas,
y cuyas vibraciones inmaculadas
tienen para nosotros luces y aromas.
Arrorró de mi tierra, sencillo y blando,
lleno de dulce y vaga melancolía,
¡quién no te ha oído nunca vive ignorando
de los grandes amores la poesía!
Susurro de los valles que lleva el viento,
del mar o de los bosques; canción lejana,
todo cuanto en mis penas tiene un acento
en tus notas encuentra la nota hermana.
Y se mezclan al ritmo de tus cantares
unas veces la dicha y otras la pena,
el murmurar alegre de los pinares
o el gemir de las ondas sobre la arena.
Canción incomparable, todo dulzura,
canción de mis recuerdos, tierna y vehemente,
cada vez que te escucho se me figura
que una ola de besos baña mi frente.
Domingo J. Manrique
Debe estar conectado para enviar un comentario.