El Angelus
«Mantened su rezo acostumbrado, donde y cuando sea posible». (MC, 41)
Doce campanadas suenan
cruzando el aire triunfantes,
desde el alto miranete
de palacios celestiales.
Invitan a la oración
con melodías de Arcángel:
«Salve, graciosa Señora,
Madre de Dios, Dios te salve».
∼II∼
Están tocando a rebato:
el Corazón de Dios arde;
fuego nos trae a la tierra,
y es preciso que se inflame.
Tres avecillas en vuelo
mientras las campanas tañen;
que en un inmenso abanico,
de gozo, sus alas abren.
Tres llamaradas de amor,
de cada hijo a su Madre;
tres rosales florecidos,
en los jardines del aire.
Un santo estremecimiento
cubre pueblos y ciudades;
y saludando a la Virgen,
juntan sus manos orantes.
El labrador, boina en mano,
deja el arado un instante,
y contempla emocionado
que se inclinan los trigales…
Suenan doce campanadas:
Madre de Dios, Dios te salve.
Paquita Sánchez Remiro
(De «Madre de misericordia. Esperanza nuestra»)
* * *
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