Dos poemas a San Martín de Porres

Yo soy uno de ellos

El Santo moreno
tiene entre sus manos
dolencias de pobres
tragedias de antaño.

Tiene en su mirada
gritos de palomas,
palabras cruzadas.
Plegarias y rezos
recoge en su palma.

El Santo moreno,
viene con su escoba
derrotando imposibles,
predicando esperanzas.

Nos trae evangelio
de madres que barren
y encuentran tesoros
que nunca esconden
y siempre comparten.

El Santo moreno
me mira y lo miro
y su mirada clava
en miles de anhelos,
de pequeñas heridas
y grandes consejos.

El Santo moreno
se queda en penumbra,
—y entre silencios—
recoge las cartas
de fieles eternos…

Yo soy uno de ellos…

              (Rogelio)

* * *

El Santo

Se le fue la tarde leyendo
poemas en la iglesia de San Martín.

Al levantarse y ver de nuevo
los vitrales luminosos
—después de pensar
en darles la espalda e irse—
imaginó en sordina el ruido de los autos
y todas las frecuencias de sonido
que se le pegarían a la cara.

Entonces, decidió dormir ahí,
depositarse en la ternura del silencio
o echarse a descansar en una imagen tibia
y alimentarse solo de luz… solo de Luz.

                                            (Javier)

Poemas de Rogelio y Javier, padre e hijo, en la iglesia de los Dominicos de Concepción (Chile).

Fuente: Revista Amigos de Fray Martín, Septiembre-Octubre de 2017 (Nº 560).

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