A Mater Admirabilis

La fiesta de María, Mater Admirabilis 

Bajo la presión del exceso de actividad que a veces nos consume, nos disturba o dispersa nuestras energías haciendo lo que es visible y accidental, vayamos a nuestra “Mater”. Ella es la Madre de lo Invisible, y la Madre de lo Esencial.

Pidámosle que nos desprenda, que nos libere de todo lo que no es importante, que nos conduzca y fije nuestra Mirada sobre lo Invisible que sus propios ojos observan: la Presencia Invisible, la Vida Invisible, La Acción Invisible; el Amor Invisible, todas esas cosas que son valores eternos en nosotros y las grandes realidades de la fe.

Que Mater nos mantenga, a través de nuestros días tan ocupados y abarrotados, en el brillo  de las cosas que no se ven y firmes en la observación de lo Invisible. En medio de todo lo no esencial que nos invita y a menudo nos distrae, corremos el riesgo de agobiarnos a nosotras mismas y confundir nuestros valores. Que Ella nos de la adecuada comprensión de lo Esencial y un gran deseo de ello.

Solo una cosa es necesaria: la voluntad de Dios y el trabajo de Su amor. Que Mater nos de la visión unificada que nos haga ver, también a nosotras, lo Invisible y lo Esencial en todo.

Marie-Therese de Lescure, rscj
Superiora General,  1946-1958
Carta Circular, 6 de julio de 1949.

­

* Fuente: Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús (enlace)

* * *

Oración a Mater Admirabilis

¡Oh Madre Santísima de Jesús!, venimos a Vos como a la fuente viva que refrigera, como a la llama que calienta, como a la aurora que disipa las tinieblas, como a la Madre siempre atenta a las necesidades de sus hijos.
¡Oh Madre Admirable!, hay horas, en que el camino de nuestra vida es duro.
No es fácil andar siempre con paso igual en el camino del deber.
No es fácil amar al prójimo, nuestro hermano, como Jesús quiere que lo amenos.
No es fácil conservar un alma serena en medio de las vicisitudes de la vida.
No es fácil amar a las criaturas y reservarse para Dios.
No es fácil hacerse pequeño y humilde cuando el orgullo relama.
No es fácil ir caminando hacia el Dios de luz por caminos llenos de sombra.
Hay días en los que todo es carga. Pero Vos, oh Madre Admirable, hacéis todo fácil. Y sin embargo, no quitáis el sacrificio de nuestros caminos, como Dios tampoco lo quitó del vuestro, pero facilitáis el esfuerzo haciendo que crezca el amor. El amor siempre vencedor en Vos, os hizo decir en el umbral  de vuestro destino: «Fiat mihi secundurn Verbum tuum». Esta palabra de adhesión al amor que os guiaba, jamás la retirasteis. Jamás os rebelasteis ante el sufrimiento, sino que ofrecisteis a su acción un alma mansa y humilde. entregada a Dios.

¡Oh María!, que vuestro ejemplo sea mi fuerza. Haced que todo sea fácil en mi vida, no suprimiendo toda pena sino por un amor generoso, siembre mayor que la pena.

¡Oh Madre dulcísima!, dadme un corazón lleno de fortaleza; y si veis que mi amor se apaga pronto, os suplico, dad a vuestro-a hijo-a un poco del vuestro y repetidle la lección del verdadero amor.

Mater Admirabilis (Madre Admirable) fue pintada en 1844 por Paulina Perdrau, postulante entonces de las religiosas del Sagrado Corazón. La Iglesia celebra su fiesta el 20 de Octubre, día principal para las religiosas del Sagrado Corazón.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.