Fiesta del Santísimo Cristo de Telde (Gran Canaria)

Telde

Telde es una ciudad situada al este de la isla de Gran Canaria, que cuenta con el gran honor de haber sido sede de la primera Diócesis de todo el Archipiélago Canario (Fortunatarum Prima Civitas et Sedis); convirtiéndose en la primera ciudad y sede de Obispado de Canarias el 7 de noviembre de 1351, cuando el Papa Clemente VI erigió, por medio de la bula Coelestis rex regum, el Obispado de Telde (también denominado Obispado de la Fortuna). Tuvo en el carmelita Fray Bernardo Font (1351) a su primer obispo -y a la postre primer obispo de Canarias-, siendo su último prelado el dominico Fray Jaime Olzina, O.P. (1392). Telde, otrora denominada por distintos autores, entre ellos el insigne Luis Doreste Silva, como «la Jerusalén de Canarias»: no sólo por su paisaje o sus orígenes, sino por su rica historia llena de acontecimientos y prohombres ilustres en todos los órdenes.

Fue el Papa Pablo VI quien en 1970, en virtud de la dignidad que le confiere a Telde como antigua ciudad episcopal, nombró al canadiense Monseñor William Aquin Carew primer arzobispo de Telde; volviendo a revivir la ciudad de los faycanes su pasado histórico, y que devolvía -y aún sigue devolviendo- la aspiración a una archidiócesis canaria. Monseñor Willian Aquin fue prelado canadiense y Nuncio apostólico en Burundi y Ruanda, Delegado apostólico en Jerusalén y Palestina, y Pro-Nuncio apostólico en Chipre y Japón, siendo en este último país también Pro-Nuncio emérito. Su misiva de agradecimiento al pueblo teldense por las muestras de cariño hacia su persona tras su nombramiento fue la siguiente:

(¹)«SECRETARIA DE ESTADO: Señor Alcalde: Con viva satisfacción he ido recibiendo las comunicaciones con las que Vuestra Señoría Ilustrísima, en nombre del Ayuntamiento y de los habitantes de esa Ciudad y en el suyo propio, me expresa su felicitación por el titulo que el Santo Padre me ha conferido al vincular mi nombramiento Arzobispal a la sede de Telde.

Le agradezco profundamente estos sentimientos de congratulación y también la amabilidad que me dispensa al invitarme a conocer personalmente esa ilustre Ciudad. Esos sus deseos son también míos y espero poderlos complacer en alguna oportunidad. Mientras, tenga la certeza de que imploro para su persona, miembros de la Corporación que preside y ciudadanos todos de Telde –a quienes presento mi cordial saludo- copiosas y abundantes bendiciones divinas.

La presente circunstancia me es muy propicia para manifestarle mi más atenta consideración y distinguido aprecio.

William Aquin Carew
Arzobispo Titular de Telde
Nuncio Apostólico
(Febrero de 1970)

Actualmente es Arzobispo de Telde (de la Sede Titular de Telde, a título honorifico «in partibus infidelium») el italiano Monseñor Giampiero Gloder. Fue nombrado por el Papa Francisco en septiembre de 2013, junto a su designación para ocupar la presidencia de la Academia Pontificia Eclesiástica.

Basilica_de_San_Juan_Bautista (Telde)

La bella fachada de la Basílica menor de San Juan Bautista de Telde e Iglesia matriz de la ciudad, con su portal gótico y sus torres armónicas. Su noble arquitectura está compuesta de cantería de Telde y Arucas, arcilla, cal y arena. La iglesia fue elevada oficialmente, en septiembre de 1973, a la dignidad de Basílica por Pablo VI, en virtud del Breve apostólico (pontificio) «Qui in Beatisimi». 

El templo de San Juan ya durante los días previos a la festividad del Santo Cristo de Telde –14 de septiembre, Fiesta de la Exaltación de la Cruz– se encuentra lleno de fieles, que acuden desde todos los rincones de la isla de Gran Canaria a postrarse a los pies del Cristo milagroso de Telde (o «Cristo de la Isla», como así le denominara el gran humanista canario Domingo Doreste, Fray Lesco) para implorar perdón, ayuda y fortaleza. Además de no dejar indiferente a nadie, y de cuyos milagros hay tantas referencias orales y escritas, tiene fama de ser un gran intercesor para conseguir las ansiadas lluvias en los años de sequía (de ahí también el nombre de Santo Cristo de las Aguas). Sin duda, un gran tesoro de fe al que se agarra muchos grancanarios con auténtica esperanza y como luz verdadera en nuestro camino diario hacia la vida del cielo.

Cuando hay en ésta alguna persona aquejada de grave enfermedad, el mismo pariente o sus familiares acostumbran a mandar encender luces al Santo Cristo implorando su protección, al mismo tiempo que empiezan a hacerle una novena. ¡Cuántas veces hemos sido testigos de curaciones repentinas e inexplicables! ¡Cuánto es el poder del Santo Cristo! (Don Pedro Hernández Benítez, «El Cristo del Altar Mayor de la parroquia de San Juan Bautista»)

Cristo de Telde

Santísimo Cristo de Telde: la dicha de sentir de cerca el calor paternal de sus divinos brazos abiertos en cruz…y contemplar su rostro teñido con el carmín de sus martirios.

El Santo Cristo es una obra anónima, si bien se sabe que fue esculpida sobre un armazón de madera por indios del Nuevo Continente (artistas tarascos del estado de Michoacán de Patzcuaro, en México). En este sentido, un estudio sobre su autoría nos señala la posibilidad que se realizara en el taller del castellano Matías de la Cerda en Michoacán, utilizando las propias técnicas de los indios tarascos. Se encuentra la imagen ejecutada con la extracción del corazón del tallo del maíz, formando una pasta con la bulbosa extraída para luego moldearla. Tiene además la particularidad de cambiar de tono de color, pues la imagen se decoró con una semilla aborigen que tiene la propiedad de reflejar colores. La hermosa talla, de rostro melancólico y línea renacentista, tiene un tamaño de 1.85 metros y su peso es de unos siete kilos aproximadamente. Aunque es conocida la historia de la aparición del Cristo en la costa de Telde, en la playa de Bocabarranco, tras el naufragio del barco que lo portaba, la versión más probable -según cuentan los cronistas-, es que la imagen debió ser traída entre los años 1552 y 1555 desde Indias; seguramente fruto de las transacciones comerciales de la época, principalmente del azúcar y los vinos que producía Telde y que eran exportados hacia América.

Más recientemente, durante un proceso de restauración llevado a cabo en los años 90, se descubrió, además, que se habían utilizado láminas de papel usadas -una especie de manuscrito en pergamino del siglo XVI- para modelar la imagen que, en este caso, contenía información contable de algún comerciante de aquellas tierras lejanas.

La primitiva cruz del Santo Cristo fue sustituida por la actual de tea del país a la que está sujeto por tres clavos de plata. Esta cruz fue forrada en plata en el siglo XVIII, rematándose cada uno de los brazos superiores de la misma por una flor de lis que simboliza la vida, la resurrección y, en definitiva, la gracia de Dios que nos ilumina y redime. Al pie del madero se dispuso una lámina del mismo material con la siguiente inscripción: «Esta obra se hizo con limosnas de los vecinos de esta ciudad de Telde a solicitud del alférez Baltasar de Quintana y Juan de Munguía y Quesada SCDS por el maestro Hernández; Año 1704».

Altar Mayor Retablo

Al Cristo del Altar Mayor

Me fijo en Ti, imagen vieja y venerada,

poco me importan tus ojos mirando al suelo

pues me ves y me conoces al dedillo

cuando te miro y sueño con el cielo.

¿Qué vienes de las Indias? Te lo creo,

porque allá donde estuvieras ya sabías

que aquí, moradores de las islas,

ansiosos, deseosos, necesitados… tú tenías.

Eres, y por eso tenemos,

el mejor hijo noble de ese Telde

que abierto a los hijos de otros pueblos

en santo conviertes al rebelde.

Todos los cristianos que han vivido

aquí o que salieron de su tierra,

han puesto en Ti toda su confianza

porque saben que Tú siempre los esperas.

Por eso, Santo Cristo de Telde

que a todos abrazas, buscas, calmas,

te pedimos que te fijes y atiendas

los deseos y el hambre de estas almas.

* * *

El Santo Cristo de Telde (también llamado con otros nombres: Cristo del Altar Mayor, Cristo del Atlántico, Cristo de la Isla, Cristo de la Consolación y de las Misericordias, Cristo de la Hispanidad, Cristo de las Mareas o Señor de Telde), cuenta con un rico anecdotario y diversas leyendas. Una de las más conocidas es la siguiente:

Después de un largo viaje desde Méjico, por fin pudo desembarcar en la bahía de Gando la imagen del Cristo de la Consolación y de Las Misericordias. Sólo faltaban unos pocos kilómetros por tierra para llegar a su destino, alguna iglesia o convento de Las Palmas… Esta última etapa se presagiaba fácil y triunfal. Los hombres que la transportaban iban a buen paso y aliviados: sólo pesaba siete kilos. Había que pasar por Telde, «primera sede y ciudad» de la isla, y sus habitantes salieron a los caminos a ver y acompañar el paso de tan insólito forastero. Los teldenses quedaron enseguida prendados y enamorados de aquella figura enjuta y de hermoso rostro. Y Cristo de la Consolación se sintió consolado por aquel pueblo, que se disponía a despedirle con lágrimas en el barranco. En este lugar, donde luego se construyó el puente de los muchos ojos, sucedió entonces un hecho extraordinario: la imagen se volvió tan pesada que era imposible seguir adelante con ella. Ante el estupor y desconcierto de todos, alguien propuso que la comitiva diese la vuelta. Al instante, la imagen recuperó su frágil peso. La señal era evidente y sobrenatural: Cristo de la Consolación quería quedarse en Telde para ser consuelo y derramar sus misericordias a sus habitantes y a los peregrinos desde el Altar Mayor de la iglesia de San Juan.

D. Julio Sánchez Rodríguez

Bajada Cristo de Telde

El Cristo de Telde, el Cristo de la dulce melancolía

Solemne y emotiva es la Bajada del Cristo, cada 12 de septiembre, cuando se produce el descenso desde su hornacina en el Altar Mayor e iniciándose los actos litúrgicos en su honor. Fue en 1770 cuando se efectuó la primera de las Bajadas, según reza en el libro sobre el Santo Cristo que existe en el archivo de la parroquia de San Juan. En la década de los sesenta de mil novecientos, estando de párroco don Juan Artiles Sánchez, se comenzó a efectuar la ceremonia de la Bajada del Santo Cristo con frecuencia anual.

Santísimo Cristo de Telde

Santo Cristo, de Telde tesoro,
de Canarias hechizo sagrado,
prez y gloria a tu nombre que adoro
a tus plantas por siempre humillado!

El pueblo cree a pie juntillas que, en algunas ocasiones, el Santo Cristo de Telde abre los ojos volviendo luego a cerrarlos, que unas veces sonríe bondadoso y otras se muestra triste, que ya aparece severo y terrible, ya compasivo y misericordioso, asegurando haber sorprendido en su divino rostro los gestos, actitudes y ademanes correspondientes a la expresión de estos encontrados sentimientos. ¿Alucinación? Digan lo que quieran los espíritus fuertes, es ésta una de esas imágenes que llevan impreso ese sello especial, ese quid divinum que no sabemos explicar con palabras, pero que nos sobrecoge e infunde ese temor reverencial que nos hace comprender nuestra pequeñez y confesar paladinamente que existe algo más que este mundo material que palpamos.

D. Pedro Hernández Benítez

Santo Cristo de Telde 2

Me fijo en ti, Santo Cristo,
todo bondad, paz y calma,
que a ti vuelva cualquier alma.
Por caminos descarriados,
alguna oveja se pierde,
y aunque sea por atajos,
busca al Cristo de Telde.
Tú y la oveja perdida,
con la mirada, se entienden,
es la mirada de perdón,
que gozo y paz le devuelven.
¡Que alegría te reporta,
Sentirse al hombro llevada!
Caminando y dialogando.
¿Dónde fuiste, oveja amada?
Creía que por lo fácil,
sin ti, yo me llenaría,
pero… no hay mejor comida,
que la que tú me darías.
¿No ves lo que experimentas
cuando de mí tú te alejas?
Vuelve, vuelve ya confiada,
al PASTOR que te aconseja.
Gracias te doy, Santo Cristo,
mejor pastor, mejor guarda,
porque tus brazos acogen,
porque tus brazos me abrazan.

* * *

Especial Santo Cristo de Telde

(¹).- El Eco de Canarias, febrero de 1970

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.