San Martín de Porres y la Bienaventurada Virgen María

smp y la virgen 1

Querido Martín: intercede para que María nos ayude a descubrir la raíz de nuestras debilidades y pecados que nos hacen estar lejos de su Hijo y del prójimo; y que, con su fuerza, logremos convertirnos en buenos hijos de Dios. Pídele a la Virgen para que asista misericordiosamente a los hombres y mujeres que no tienen nada, que sufren o están en agonía. Asimismo, para que nos enseñe a compartir y saber llegar a los más necesitados.

San Martín de Porres era devotísimo de la Virgen María a la que rezaba continuamente: realizaba peticiones y ofrendas que Ella, agradecida y sensible a los dones recibidos, guardaba en su inmenso e inmaculado corazón. Todo ello, junto a la humildad del santo dominico -como ejercicio mismo de la virtud de la pobreza y la ternura hacia la vida-, agradaban sobremanera a la que es nuestra Madre del cielo.

smp y la virgen

Honraba a la Madre de Dios con las mejores flores, que simbolizaban su amor por ella, la pureza y la dulzura de todo aquel que la contempla y le reza.

San Martín de Porres fue una persona de mente abierta y de espíritu amplio y libre, aprendido de su familiaridad y sus frecuentes confidencias con la Virgen, que siempre le escucha. Hablaba con ella y de ella con tal fervor y devoción que conmovía los corazones de quienes lo oían. Con su rosario en la mano y a los pies de la Virgen pedía el auxilio de la que es Madre, Abogada y Consuelo de los que padecen. A través del rezo del Santo Rosario que le ofrecía diariamente, los ruegos se convertían en auténticas bendiciones y custodia para los afligidos. En este sentido, San Martín confió sus inquietudes y afanes a la Virgen del Rosario; además, vivió y transmitió tiernamente el Rosario como herencia y compromiso.

Fray Martín, prodigio en la devoción a María, tenía un gran corazón para amarla y servirla infinitamente. Siempre anduvo en el verdadero amor, que ni cansa ni se cansa. Y hasta el último momento se entrega a la Virgen para descansar en ella, la que es Santa María del Reposo y Madre de Misericordia de todos sus hijos, que como premio triunfal a lo que fue su vida se le aparece para asistirlo a bien morir.

San Martín de Porres y la Virgen María

Oración a la Santísima Virgen María

Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.

Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.

¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén

                                       ♥

Con especial cariño a la Virgen María, fraymartinblog.wordpress.com

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.