Amor y respeto por los niños
Siempre con los pobres y enfermos
Devotos de la Virgen María
El Papa Francisco y San Martín de Porres
Habemus Papam!…La anunciada buena nueva precedía a unos instantes de silencio, de sorpresa, incluso de desconcierto al no reconocer el nombre del cardenal elegido. Me impactó su salida, sonriente, sencillo y cercano, con una reverencia humilde a los feligreses congregados en la plaza de San Pedro. Observando sus gestos, escuchando sus palabras me acordé de algunos santos, y por supuesto, de nuestro Fray Martín. Así fue. El Papa Francisco, devoto de San José y de la Virgen María, devoto de Santa Rosa de Lima y seguidor de la Obra de San Martín de Porres (“el morenito de la escoba” como suele llamarlo) había llegado al trono de San Pedro.
El Espíritu Santo de Dios nos ha enviado un buen estímulo con el Papa Francisco: Cariñoso y bondadoso, de tiernos gestos y sentidas palabras. Así es nuestro Papa, como así lo fue San Martín de Porres. Al primero lo hemos conocido bien pronto, contagiándonos de su alegría y humildad; al segundo lo conocimos temprano, casi en nuestra infancia, asombrándonos con su caridad infinita hacia todos nosotros. Y a los dos los hemos querido inmediatamente, a fuerza de arrebatarnos, porque llegaron para permanecer por siempre con nosotros.
Dos hombres de bien que son Misericordia del Señor para con los pobres y necesitados; ejemplos a seguir, que con sus palabras y con sus actos nos hacen sentir esperanzados y gozosos. Fueron menos en mucho, pero llegaron a mucho más: humildes de corazón, sencillos, ascetas, amantes de los pobres y enfermos, amantes del señor, santos en vida, maestros de la oración. Así de esta manera tan bella proclaman y viven el evangelio al servicio del Pueblo de Dios.
Ya el propio Papa Francisco, con un intenso testimonio evangélico directo, sin glosa, cara a cara con los más necesitados, nos lo indica: “Es tan lindo rezar, mirar hacia el cielo, mirar a nuestro corazón y saber que tenemos un padre bueno que es Dios”…Sí, Dios sea Bendito, pues es capaz de lograr que los seres humanos lleguen a tan alta santidad. Y tú, San Martín de Porres, que ya estás en el cielo, ayuda y protege a nuestro Papa Francisco en la misión encomendada desde el Reino del Cielo. Que así sea.
Con cariño, fraymartinblog.wordpress.com
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