Emilio José canta a Fray Escoba

fray escoba 1

Emilio José canta a Fray Escoba, single en vinilo editado por la compañía barcelonesa Belter en 1974, con dos temas: «Martín de Porres, el negro» y «Fray Escoba».

Emilio José es un cantante y compositor español, nacido en Córdoba en 1950. Pionero de lo que se denominó «nueva canción andaluza», ganó el Festival de Benidorm de 1973 con el tema «Soledad», con el que consiguió gran popularidad y su consagración definitiva. La canción también fue interpretada por la griega Nana Mouskouri, cuya versión resultó un gran éxito de ventas en Europa. A su abundante discografía española se deben añadir las ediciones publicadas en Hispanoamérica, muchas de ellas inéditas en España. En la actualidad, Emilio José sigue componiendo y preparando nuevos discos, además de realizar conciertos y giras por todo el mundo.

Martín de Porres, el negro

Con el color de tu piel fuiste a la cima del cielo, has derramado en el suelo unas gotitas de miel. Al mirar al tercer mundo y ver que es de tu color, que tantos odios profundos se cambian por el amor.
Martín de Porres, el negro, que tienes el alma blanca, apaga del odio el fuego, que venga al mundo la calma (Bis).
Todos hacemos la guerra para conseguir la paz, sin saber que en esta tierra el amor nos hace igual.
Con tu sencillez de vida, predicando la igualdad, nos has dicho que la ira sólo nos puede matar.

fray escoba

Fray Escoba

Buscando en el nuevo mundo para el viejo mundo un mensaje volé con mis pensamientos a la sombra de los Andes.
En la bella ciudad de Lima encontré un humilde fraile que sin tener riqueza era más rico que nadie era más rico que nadie.
Fray escoba, Fray escoba, en este mundo tan viejo son mentiras las que sobran el amor, está muy lejos. Fray escoba, Fray escoba en este mundo tan viejo son mentiras las que sobran el amor está muy lejos está muy lejos, está muy lejos.
Con un ratón y un conejo en tu pobre habitación tenías un gato y un perro hablándoles del amor.
Si la piel y la idea tienen distinto color Dios con su gracia nos hace a todos hijos de Dios a todos hijos de Dios.

≈ ≈ ≈

San Martín de Porres, sincero con Dios

Sincero con Dios

La boca y el corazón de San Martín eran fuentes de clara sinceridad.

Corazón noble, sin doblez, libre en la libertad de la verdad…La sinceridad es fruto del Espíritu Santo que moldea el corazón en la luz de la verdad. Es un reflejo de su presencia, porque en su luz, se ve la Luz. San Martín no leyó muchos tratados sobre la sinceridad. Contaba con otra Luz para no aparentar sino ser. Valía lo que era a los ojos de Dios y, ante Él, no necesitaba desdoblar su personalidad para aparentar. Vivía en la humildad y ésta no necesita de fachada para manifestarse. El saberse detrás del último le liberaba de la hipocresía, pues nadie le iba a suplantar. Por eso de su puesto no lo iba a desplazar nadie. En él se sentía a gusto, pues desde su corazón podía estar en los pobres, en los enfermos, en los predicadores y sin competencia. Allí vivía con su señor que había venido a servir y no a ser servido….

P. Francisco Arias, O.P. Extracto del artículo «San Martín, sincero con Dios», publicado en la revista “Amigos de Fray Martín” (nº 514). Diciembre de 2010

≈ ≈ ≈

Oración a Fray Martín de Porres

La humildad y la caridad, ofrecidas con un corazón sincero que agradaba a Dios, le abrieron las puertas del cielo (Mateo 5.8: Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios)

Oración

Oh Dios misericordioso, que nos disteis en el Bienaventurado Martín un modelo perfecto de humildad, de mortificación y de caridad; y sin mirar a su condición, sino a la fidelidad con que os servía, le engrandecisteis hasta glorificarle en vuestro Reino, entre los coros de los ángeles! Miradnos compasivo y hacednos sentir su intercesión poderosa.

Y tú, beatísimo Martín, que viviste sólo para Dios y para tus semejantes; tú, que tan solícito fuiste siempre en socorrer a los necesitados, atiende piadoso a los que, admirando tus virtudes y reconociendo tu poder, alabamos el Señor, que tanto te ensalzó. Haznos sentir los efectos de tu gran caridad, rogando por nosotros al Señor, que tan fielmente premió tus méritos con la eterna gloria. Amén.

San Martín de Porres, padre de los pobres y protector de los enfermos

protector de los enfermos

padre de los pobres

¡Amado Padre mío Martín!
Apóstol de la Caridad,
Padre de los pobres
y enfermos,
ruega por nosotros.

La admirable labor cristiana de Fray Martín -de esencia infinita y bendita- siempre encontró recursos para asistir a tantos necesitados: A Martín todo se le vuelven manos en el momento de repartir socorros y bienaventuranza, pues ejercía con amor supremo y caridad misericordiosa.

patrón de los enfermos

Su amor y solicitud hacia los pobres enfermos ejercía tanto o más efecto que su habilidad como barbero y cirujano.

Fray Martín fue un servidor y ángel de Cristo en las personas más necesitadas y en los enfermos más difíciles y abandonados. En su corazón ardió la pasión de la caridad, particularmente con los pobres y enfermos a los que acogió siempre con amor preferencial: San Martín de Porres, humilde y sencillo de corazón, siempre al lado de los más desprotegidos; socorría al que no tenía, cuidaba amorosamente al enfermo.

Las obras de Misericordia de Fray Martín se extendían por todas las partes. Un Convento como el del Santísimo Rosario, de Lima, con todo lo grande que era, resultaba un campo muy limitado para Martín de Porres. Su ardiente corazón le hablaba de otras necesidades además de las que experimentaban sus hermanos de la Orden Dominicana y no podía permanecer impasible. Su corazón siempre latía por los enfermos, los pobres, los afligidos, los pecadores. Siempre iba presuroso por la ciudad, asistiendo a unos, confortando a otros. La gente de fuera de Lima lo llamaba, y su santidad por fin lo hizo llegar a lugares increíblemente distantes…

Un comerciante de Lima, muy amigo de Martín, hizo en cierta ocasión un viaje a México por asuntos de negocios. A pocos días de su llegada le asaltó una dolorosa enfermedad; y en una noche cuando ya sentía morir, empezó a decir:

Dios mío… ¿por qué no estará aquí el Hermano Martín para atenderme y curarme?

No pasó mucho tiempo de expresar este deseo, cuando de improviso vio abrirse la puerta de su habitación y Fray Martín, con una sonrisa inefable, se acercaba a su lecho diciéndole

-Alabado sea Jesucristo por los siglos de los siglos

Por siempre sea alabado – le respondió el comerciante. ¡Pero Hermano Martín! ¿Usted aquí?

Acabo de llegar, le contestó el enfermero milagroso.

Y sin murmurar más palabras, se quitó la capa y el sombrero y empezó a curarlo diciéndole:

-Hermano, no se haga el flojo… tenga buen ánimo, y confíe en Dios, que no quiere que muera de esta enfermedad.

Cuando se disponía a retirarse, le preguntó el comerciante:

Y usted, Hermano Martín, ¿dónde va a pasar la noche?

-Hombre de Dios, le dijo: ¿dónde quiere que la pase?, pues en el convento!

A los pocos días de levantarse curado, fue a preguntar por el Hermano Martín en el Convento de México, pero nadie lo dio razón.

Fray Martín, como así lo constató en Lima a su regreso, nunca había salido del Perú y había hecho un viaje milagroso.

San Martín de Porres

Fray Martín sigue siendo nuestro enfermero y nuestro amigo

El Bienaventurado Martín veía en los enfermos, en los pobres y afligidos a los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Una vez descubrió a un viejo pordiosero cubierto de llagas y casi desnudo. Martín lo llevó a su celda y lo acostó en su propia cama. Le procuró cuanto necesitaba y le atendió con solicitud hasta que recobró la salud. Fue severamente criticado por uno de los Hermanos que sostuvo refunfuñando que Martín no había debido ceder su cama a un pordiosero de tan desagradable suciedad. A esto replicó Martín: (1)

La compasión, mi querido Hermano, es preferible a la limpieza. Recuerde que yo puedo limpiar mis sábanas fácilmente usando un poco de agua y jabón, pero ningún torrente de lágrimas podría limpiar mi alma de la mancha que un acto de desafecto a un infeliz podría causar»

estampa SMP - patrón de los pobres

Por intercesión de San Martín de Porres

Oh San Martín de Porres, patrono de los pobres y enfermos;
Santo manso, humilde y sencillo de corazón;
anduviste por los caminos de los necesitados,
llevaste la fe y la caridad a los olvidados,
abrazaste la cruz por amor a Dios,
sentiste el deseo de hacer algo por el prójimo.

Intercede por nosotros ante nuestro amado Jesús,
para que seamos instrumentos de acción,
para que seamos caritativos con nuestros hermanos,
para unir a nuestros hermanos que viven en el odio,
así como uniste a los tres enemigos naturales:
perro, ratón y gato en un mismo plato,
como símbolo de unidad a través de Cristo,
barriendo los odios y rencores de nuestro corazón.

Como tu dijiste Santo Moreno: «Yo te curo, Dios te sana»,
Ayúdanos a barrer la maldad que existe en el mundo,
ayúdanos a curar las heridas que afligen a nuestros hermanos,
ayúdanos a llevarles la fe, esperanza y el amor de Dios,
y permanezca por siempre la humildad, obediencia y caridad
en nuestros corazones.

Amén

≈ ≈ ≈

*(1) Extracto tomado de «Conozca a Fray Martín de Porres: breve historia de su vida» (1951). Palencia. Convento de San Pablo

Fuente de la oración: luchopm.blogspot.com.es