San Martín de Porres, un buen amigo de los niños

niños con smp

Bienaventurado Martín, amigo de los niños, vela por nuestros hijos.

San Martín de Porres era una persona dotada de admirable sencillez, inocencia y fe que inculcó a los que le rodeaban, y naturalmente a los más pequeños. Además, era Martín una magnífica síntesis de sensibilidad y naturalidad con talento organizativo: precursor a lo que hoy conocemos como casas de oficio para jóvenes, creó los Asilos y Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz para la instrucción de niños desvalidos provenientes de familias negras, indígenas y de gente rústica. Allí los niños recibían atención y cubrían las necesidades básicas, conocían a Jesucristo, cultivaban las amistades sanas y se les enseñaba una profesión; velando para que no se extraviaran del buen camino por culpa de malos ejemplos, vicios o especialmente por medio de malas compañías.

Martín, ya de niño, repartía lo poco que tenía entre los pobres: tanto los alimentos que su madre le había mandado a comprar al mercado como dando limosna a los más necesitados con el dinero que le sobraba de los recados. Destaca rápidamente en él el espíritu de caridad y una devoción que, nacida del ejemplo de su madre y de la asistencia de la Gracia Divina, penetra en el corazón del joven e impregna cada uno de sus actos. Martín fue un buen niño, un buen hijo, y por ello inculcó a los más pequeños a que también lo fueran.

San Martín de Porres fiesta

Niños festejando el día de San Martín de Porres

Fray Martín cuidó de los niños durante su vida, pero también después de su muerte. Precisamente dos de los milagros por intercesión de San Martín de Porres, aprobados por la Iglesia Católica, están referidos a la curación por causas sobrenaturales de dos niños accidentados: uno de ellos, recuperado de una grave herida en la cabeza tras caer desde una considerable altura; el segundo, que dió lugar a canonización, de un niño tinerfeño que sanó milagrosamente de una pierna en grave riesgo de amputación.

Imagen de San Martín cuidando de un niño enfermo 

Bella imagen policromada que muestra un Martín muy joven, casi niño, de rasgos finos, rostro sereno, con mirada perdida como en éxtasis, que en actitud tierna está sanando a un niño herido, vestido como un indígena; el niño bendice a Martín con su mano derecha en gesto de «Pantocrator», o sea, representa a Jesús:

Jesús, Hijo amoroso del Padre, enséñanos a ver tu rostro en los niños que sufren en sus familias, en sus escuelas, en la calle o en sus propios cuerpos; ayúdanos a ayudarte en aquellos niños que necesitan de nuestro cariño, cercanía y alimento. Jesús niño, infunde la paz en nuestros hogares, en nuestros corazones y en todo el mundo.

Para que todos los niños crezcan a la vez en edad, en sabiduría y en gracia. Rogemos al Señor.