Festividad de Nuestra Señora del Rosario de Fátima

Pastorcitos

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Virgen de Fátima

La Virgen de Fátima, 13 de Mayo

Tercer secreto de Fátima. Explicación por el Cardenal Ratzinger

«Juan XXIII proclamó santo a Martín de Porres»

«Juan XXIII proclamó santo a Martín de Porres», artículo publicado el día 8 de Mayo de 1962 en el diario ABC – Edición de Andalucía.

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*El presente enlace ha sido eliminado por la próxima entrada en vigor, el 1 de enero de 2015, de la Ley 21/2014, de 4 de noviembre, sobre la Ley de Propiedad Intelectual. Dicho enlace -a la hemeroteca del propio periódico- tenía como única finalidad ser un material de lectura sobre la canonización de San Martín de Porres. Precisamente por ello, su objeto era única y exclusivamente un fin religioso o devocional, educativo o de investigación.

Benedicto XVI pide a San Martín de Porres que interceda por la santidad de la Iglesia

Benedicto XVI recordó ayer, 6 de mayo de 2012, durante el rezo del Regina Coeli el 50 aniversario de la canonización de San Martín de Porres y pidió al fraile dominico peruano «que haga florecer la santidad en la Iglesia». VÍDEO

Hoy recordamos el 50 aniversario de la canonización de San Martín de Porres, al que pedimos que interceda por los trabajos de la nueva evangelización, que haga florecer la santidad en la Iglesia. Invoquemos a la Virgen María para que nos acompañe en este camino», dijo el papa ante varios miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro para el rezo del mediodía en el tiempo de Pascua…Queridos amigos, cada uno de nosotros es como un gajo, que vive sólo si hace crecer cada día en la oración, en la participación a los Sacramentos, en la caridad, su unión con el Señor. Y quien ama a Jesús, verdadera vid, produce frutos de fe para una abundante cosecha espiritual», ha concluido.

50º aniversario de la canonización de San Martín de Porres: La dulzura en el seguimiento a Jesucristo

San Martín de Porres, «la dulzura en el seguimiento a Jesucristo»

Martín nos demuestra, con el ejemplo de su vida, que podemos llegar a la salvación y a la santidad por el camino que nos enseñó Cristo Jesús: a saber, si, en primer lugar, amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser; y si, en segundo lugar, amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Él sabía que Cristo Jesús padeció por nosotros y, cegado con nuestros pecados, subió al leño, y por esto tuvo un amor especial a Jesús crucificado, de tal modo que, al contemplar sus atroces sufrimientos, no podía evitar el derramar abundantes lágrimas. Tuvo también una singular devoción al santísimo sacramento de la Eucaristía, al que dedicaba con frecuencia largas horas de oculta adoración ante el sagrario, deseando nutrirse de él con la máxima frecuencia que le era posible.

Además, san Martín, obedeciendo el mandato del divino Maestro, se ejercitaba intensamente en la caridad para con sus hermanos, caridad que era fruto de su fe íntegra y de su humildad. Amaba a sus prójimos, porque los consideraba verdaderos hijos de Dios y hermanos suyos; y los amaba aún más que a sí mismo, ya que, por su humildad, los tenía a todos por más justos y perfectos que él.

Disculpaba los errores de los demás; perdonaba las más graves injurias, pues estaba convencido que era mucho más lo que merecía por sus pecados; ponía todo su empeño en retornar al buen camino a los pecadores; socorría con amor a los enfermos; procuraba comida, vestido y medicinas a los pobres; en la medida que le era posible, ayudaba a los agricultores y a los negros y mulatos, que, por aquel tiempo, eran tratados como esclavos de la más baja condición, lo que le valió, por parte del pueblo, el apelativo de «Martín de la caridad».

Este santo varón, que con sus palabras, ejemplos y virtudes impulsó a sus prójimos a una vida de piedad, también ahora goza de un poder admirable para elevar nuestras mentes a las cosas celestiales. No todos, por desgracia, son capaces de comprender estos bienes sobrenaturales, no todos los aprecian como es debido, al contrario, son muchos los que, enredados en sus vicios, los menosprecian, los desdeñan o los olvidan completamente. Ojalá que el ejemplo de Martín enseñe a muchos la dulzura y felicidad que se encuentra en el seguimiento de Jesucristo y en la sumisión a sus divinos mandatos.

(De la homilía pronunciada por el papa Juan XXIII en la canonización de san Martín de Porres, Roma, 6 de mayo de 1962)

50º aniversario de la canonización de San Martín de Porres (6 de Mayo 1962 / 2012)

A las nueve de la mañana del día 6 de Mayo del año 1962, el Padre Santo Juan XXIII, después de escuchar la súplica del Cardenal Perfecto de la Congregación de Ritos, pronunciaba las palabras de la canonización:

«En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y difusión de la religión cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Apóstoles Pedro y Pablo y Nuestra…decretamos y definimos que el Beato Martín de Porres es Santo y le inscribimos, por lo mismo, en el álbum de los Santos estableciendo que su memoria se celebre con piadosa devoción todos los años en el aniversario de su muerte, esto es: el día 3 de noviembre. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»