Colegiata Santa María de Gandia (Valencia)

Imagen de San Martín de Porres en una hornacina de la Colegiata de Gandia

La Colegiata de Gandia (La Seo de Gandia) es uno de los edificios emblemáticos y céntricos de esta ciudad valenciana. Fue construido a finales del Siglo XIV y principios del Siglo XV, en tiempo de Alfonso El Viejo, sobre una mezquita. El Papa Alejandro VI erige en Octubre de 1499, mediante una bula papal, la Parroquia de Santa María de la Asunción en Iglesia «colegiada». El 6 de Junio de 1931 este bello edificio gótico es declarado Monumento Histórico Nacional.

Creemos que esta imagen fue realizada en los talleres Tudanca de Madrid en 1963

Fotos por gentileza de J. Díez Arnal

Enlace recomendando: www.jdiezarnal.com

San Martín de Porres: Amado y desconocido (P. Francisco Arias, O.P)

San Martín de Porres: Amado y desconocido

Conocer al San Martín real, es positivo y bueno. Su ejemplo nos puede acercar a Dios. Esta es la misión de los santos y la cumplen en la medida en que son conocidos. No se ama lo que no se conoce. La pregunta es: ¿San Martín fue un hombre real o lo hemos inventado?. Nadie duda de su existencia, pero lo hemos aupado a lugares que lo alejan. Lo hemos idealizado, lo hemos idolotizado. Eso parece cuando lo priorizamos en nuestras devociones, envuelto en las nubes de la imaginación.

Para conocer a Fray Martín hay que acercarse a su vida real, humilde, pobre, obediente, con limitaciones, enfermedades y muerte. Como todos. No lo metamos en un esquema de santidad y vida irreal y portentosa. No encastillemos su vida en nuestras ideas de santidad. Situarlo en su tiempo, en su familia y comunidad, ayuda a conocerlo, pero siempre queda su interior, su amor a Jesucristo, su fe, sus sentimientos, su alma. Se nos escapan. Porque conocerlo es entrar en su interior pero sin ideas preconcebidas, con humildad. Así nos encontramos con el hombre de sentimientos limpios, copiados de Jesús, del que es un fiel reflejo. El es ejemplo de lo que Dios puede hacer en una persona que se deja hacer por el dinamismo del Espíritu. Lo que se pierda en protagonismo personal será facilitar la obra de Dios.

Imaginarse a San Martín conforme nuestros criterios, a la vez lo desfigura y rebaja. Entrar en su interior es imposible, hay que atender a su vida, a sus obras que son el lenguaje de su espíritu. San Martín puede ser un libro abierto para el que lo lee reflejado en el Evangelio, en la simplicidad de sus obras, como arreglando la muñeca de la niña desconsolada, derrochando ternura y gozo, propios de un alma transparente y luminosa: como el ocultar a prófugos de la justicia, con lástima y compasión, para recobrarlos a una vida digna; o vencer su humildad obedeciendo al deseo del arzobispo y enfermo; como no es ingenuidad de santo, el reunir en amigable comida a enemigos naturales como el perro, el gato o el ratón. Se sabía hermano de todos los seres, a los que amaba con cariño especial.

No conocemos sus catequesis, las exhortaciones a ricos y pobres que acudían a la portería del convento de los dominicos en busca de consuelo, ni su memoria para retener las homilías y conferencias que escuchaba en la Comunidad. Sí conocemos la docilidad en cumplir con lo que el Evangelio le indicaba, su oración, su amor a la Virgen, su deseo de agradar a todos y el esmero en cumplir cuanto la obediencia le encomendaba. La escoba lo popularizó. Pero él fue el que dio brillo espiritual a la escoba, él el que la elevó a medio de santificación.

No busquemos mucha ciencia, al modo humano, ni relieves que desbordan la auténtica calidad humana y cristiana de San Martín. Más bien, la luz para conocerlo, es el Evangelio, la palabra de Jesús, que lo capacitaba para acoger al Espíritu configurador de su alma, con el Jesús amigo, cercano, confidencial. Desconectar las obras externas de su vivencia interior, es desconocerlo. Por eso, conocer y amar a San Martín, ser su amigo, es vivir lo que él vivió, amar lo que él amó, y servir como él sirvió.

Como obra maestra de la gracia, rica en detalles que el embellecen, tenemos que ver a San Martín por partes, aunque él es un todo en el que Dios se ha lucido en un derroche de dones. Hasta el punto de ponerlo como palabra permanente para la gozosa familia de amigos.

Necesitamos amigos de San Martín y, como él, caminar al lado de Jesús. No debemos quedarnos en San Martín. Le molestaría y, además, sería inútil. Él no pasa de ser signo del amor de Dios. San Martín no es el importante, lo es Jesucristo para quién vivió nuestro santo hermano.

P. Francisco Arias, O.P. (Convento San Pablo Apóstol/PP. Dominicos – Palencia)

Publicado en la revista «Amigos de Fray Martín» (nº 500). Septiembre de 2009

Cita (Padre Francisco Arias, O.P)

conocerlo es amarlo

Conocerlo es amarlo

…Para conocer a Fray Martín hay que acercarse a su vida real, humilde, pobre, obediente, con limitaciones, enfermedades y muerte. Como todos. No lo metamos en un esquema de santidad y vida irreal y portentosa. No encastillemos su vida en nuestras ideas de santidad. Situarlo en su tiempo, en su familia y comunidad, ayuda a conocerlo, pero siempre queda su interior, su amor a Jesucristo, su fe, sus sentimientos, su alma. Se nos escapan. Porque conocerlo es entrar en su interior pero sin ideas preconcebidas, con humildad…(P. Francisco Arias, O.P., Palencia)»

Cofradía de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Madre la Virgen María (Málaga)

Cofradía de Semana Santa y fieles hermanos de Nuestro Padre Jesus y Nuestra Madre la Virgen María (Málaga). (Picar en las imágenes para aumentar su tamaño)

La cofradía fue fundada el 28 de Marzo de 1991, Jueves Santo, en la ciudad de Málaga (Málaga). Realiza su procesión -en absoluto silencio- en Viernes Santo. San Martín de Porres es, entre otros, uno de los titulares de la cofradía, que aconseja su culto el día su festividad el 3 de Noviembre (Estatutos – Artículo 4º). La talla de Fray Martín es del año 1966 y se incorporó a la cofradía en 1993

Fuente: semanasantajesusymaria.blogspot.com

«Fray Escoba», de Antonio Mingote

Un estupendo libro para regalar especialmente a los niños, con dibujos del genial Antonio Mingote, guión de Emilio Lapayese y prólogo de José María Sánchez Silva. En esta historia -convertida en clásica- Mingote plasma de manera magistral la gran talla humana y espiritual de San Martín de Porres.

Ángel Antonio Mingote Barrachina, Marqués de Daroca (Sitges, 17 de Enero de 1919 – Madrid, 3 de Abril de 2012), dibujante, escritor y miembro de la Real Academia Española, fue una figura fundamental del humor gráfico español que desarrolló en buena medida con sus ilustraciones, primero en la revista satírica «La Codorniz» y ya luego, durante 59 años, en el periódico ABC. Sus dibujos sobre la cotidianidad española han sido esenciales para entender el devenir reciente de España. Además, su obra gozó de un gran prestigio internacional y sus viñetas han sido reproducidas y traducidas en la prensa extranjera como The New York Times, The Time Wednesday o Daily Telegraph. Descanse en paz.