Padre Nuestro

Padre Nuestro
sean mis sentimientos,
que nacen de lo más hondo
de mi corazón, Señor,
los que hasta ti lleguen
y, de tu boca salga la oración
con la que me dirijo a Dios
esta mañana.
Sean tuyas las palabras
con las que rezamos juntos los dos:
Padre nuestro del cielo
sea respetada
la santidad de tu nombre,
venga tu reinado,
cúmplase tu designio
en la tierra como en el cielo;
danos hoy el pan del mañana,
perdona nuestras ofensas
como también nosotros
a los que nos ofenden;
no nos dejes sucumbir a la prueba
y líbranos del mal.
Después de tus palabras, Señor,
en el corazón de Dios,
déjame a solas, en mi habitación
y a puerta cerrada,
cara a cara con Dios-Padre
que por ser tuyo
también es Padre mío,
para cantar en tono de alabanza
gratitud y reconocimiento,
su nombre santo y bendito,
su inmenso poder, gloria
y amor, amor infinito que confió
y puso en tus dulces manos.

Aunque, a solas con Dios
en mi cuarto ya ves:
el protagonista has sido tú, Señor.
Tuya ha sido mi oración.
El Espíritu de Dios,
que puso en ti sus complacencias,
así lo ha querido y así
lo acepto yo.

Shālôm. Sabiote